La candidata de BComú a la alcaldía de Barcelona, Ada Colau, ha celebrado la victoria en las elecciones municipales y ha asegurado que "sí se podía", al conseguir ser la lista más votada en la capital catalana, por delante de CiU.
En el recinto industrial Fabra i Coats, Colau, ha dicho que los resultados demuestran que la ciudadanía pide un cambio en las políticas y ha recordado que quiere ser alcaldesa "con humildad y orgullo".
"No los teníamos fácil: nos han difamado y calumniado, pero nosotros con esperanza e ilusión hemos demostrado que sí se podía; hay muchas cosas que decir, pero ha sido la victoria de David sobre a Goliat", ha asegurado.
Ha destacado que "la batalla por Barcelona ha sido disputada y emocionante, con unos resultados muy ajustados", afirmando que durante la jornada los números que arrojaban los escrutinios dejaban a ambas formaciones a muy poca distancia.
Además, ha recordado que no han conseguido los 21 concejales que dan la mayoría absoluta en el consistorio y, pese a ello, ha sostenido que quiere "mandar, pero obedeciendo", como debería haber sido siempre, según ella.
Colau ha esgrimido que quiere ser la alcaldesa de un proyecto "imparable y ejemplar" que, ha subrayado, le da fuerza para una Barcelona al servicio de toda su gente, de los 73 barrios y no de unos contra otros.
También ha dicho querer ser la alcaldesa de la Barcelona, capital de Catalunya, "un pueblo que ha de decidir su relación con el Estado desde el respeto".
Ha afirmado estar muy orgullosa de haber demostrado "que se puede hacer política poniendo a las personas por delante de las siglas" y ha considerado que la ciudadanía ha valorado este proceso.
"Están pidiendo un cambio real y no de palabra", ha sostenido la líder de BComú que ha interpretado que los ciudadanos se han decantado por la opción de anteponer los objetivos del conjunto de la ciudadanía, a los partidistas.
Por eso, la virtual alcaldesa ha incidido en la petición de responsabilidad al resto de candidaturas, para que colaboren en le proyecto de ciudad, porque "esta en juego la vida de mucha gente", que, según Colau, no pueden esperar ni un minuto más.