Es el mejor estuche para cerca de una treinta de obras que son el resultado de una vivencia que ha marcado a este pintor leonés, su presencia en china tras viajar por medio mundo.
Colores intensos y tenues, estados de ánimo, y toda una experiencia vital en el contacto con la filosofía china. Un antes y un después en la obra de José de León que abre la ventana a su siguiente sueño, un lugar en el que dar cobijo a parte de su dilatada obra con un museo en su localidad natal.
Cuadros que no dejan a nadie indiferente en el Cazario de la Baña, en el paraíso de la Cabrera, hasta finales de septiembre.