Se cumplen 20 años del mayor atentado perpetrado contra un país. Cuatro aviones fueron secuestrados por terroristas de Al Qaeda, dos de ellos se estrellaron contra las Torres Gemelas en Nueva York, otro chocó sobre el Pentágono Washington D.C, y el último cayó en Pensilvania. Ocurrió el 11 de septiembre del 2001, hace 20 años. El mundo recuerda con conmoción aquellos instantes que marcaron un antes y un después en el orden mundial, la defensa comenzaba lejos de las fronteras nacionales. 

"La narrativa era que la libertad de Estados Unidos dependía de la libertad de otros porque los estados represivos producían los terroristas", explican desde el Real Instituto Elcano, en el marco de la mesa redonda virtual sobre "Las consecuencias del 11-S, 20 años después".

Así se emprendieron las guerras de Afganistán e Irak, y dos décadas después Osama Bin Laden y los miembros de la antigua cúpula de Al Qaeda están muertos, pero el cambio ha dado paso a otros grupos como el Estado Islámico, que sigue extendiendo el terrorismo nihilista y fundamentalista de aquellos terroristas: "La guerra global contra el terrorismo del modo en que se ha conducido ha sido contraproducente", ha causado la persistencia y el "incremento del yihadismo a escala global". En Europa Occidental se ha producido una movilización yihadista "sin precedentes" al captar la mayor parte de los combatientes del ISIS en Siria e Irak.

Europa también sufrió su odio con los atentados de Al Qaeda en Madrid y Londres, y los del Estado Islámico en Barcelona, Berlín o Francia.