ESCULTURA

Fallece a los 87 años la escultora Ana Jiménez, Premio Castilla y León de las Artes 2003

  • Autora entre infinidad de obras del monumento 'Bimbis', que preside la fuente ubicada en la Plaza España de Valladolid

rtvcyl.es

La escultora gallega afincada en Valladolid desde la infancia Ana Jiménez falleció en este domingo por la noche en el Hospital Clínico de Valladolid a los 87 años de edad, donde se recuperaba de una intervención quirúrgica que le practicaron una semana atrás.

Autora entre infinidad de obras del monumento 'Bimbis', que preside la fuente ubicada en la Plaza España de Valladolid, era la única mujer que en los 29 años de andadura de los Premios Castilla y León de las Artes había sido reconocida con tal galardón. Su cuerpo se encuentra en el Tanatorio San José de la ciudad del Pisuerga y recibirá sepultura mañana martes en el cementerio de El Carmen.

"Siempre he disfrutado mucho de mi 'oficio' y he creído y creo en mi obra como lo más auténtico de mí", señalaba la artista, que recalcaba su necesidad imperiosa de crear como el motor que empujaba su vida: "Es como si las formas estuvieran en una dimensión desconocida pugnando por salir, y te escogen a ti sin darte otra opción, sin contar con tus limitaciones; no tienes tranquilidad hasta que te pones a trabajar y ves como va surgiendo, te sorprenden porque no sabes de donde ni por qué llegan. Aunque pasado algún tiempo, cuando analizas lo que has hecho, sí que adivinas el origen de tus obras".

Ana Jiménez nació en 1926 en La Coruña, aunque se trasladó muy pronto a Valladolid, donde cursó estudios de Bachillerato en el Instituto Núñez de Arce y, posteriormente, pasó a la Escuela de Artes y Oficios. En este época de alumna de la escuela, donde ya consigue el Premio de Escultura Martí y Monsó. Desde 1966 y hasta su jubilación, es profesora titular de Modelado en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid.

De entre sus numerosos premios, Jiménez ostenta el Primer Premio Fernández Araoz de Escultura 1957); la medalla nacional de Escultura en la exposición nacional de Bellas Artes de Madrid (1957). En 1963 se alza con el primer Premio de Pintura del Ministerio de Información y Turismo y en 1964 el Premio Nacional de Escultura de Valladolid.

En 1977 se creó la Fundación que lleva su nombre, que se inauguró con sus piezas 'Negras de Mali', 'Puertas del desierto', 'Cuando yo era una menina azul' y 'Pájaro que canta', entre otras.

Ya en la década de los 80 participa en el concurso para la realización a Jorge Manrique en Paredes de Nava, al tiempo que realiza las medallas conmemorativas de los juegos nacionales de gimnasia rítmica y participa en exposiciones nacionales, a la vez que realiza el Premio Trofeo deportivo de la Diputación de Valladolid. También realizó diversas exposiciones en esta década como la colectiva de profesores de la Escuela de Artes y Oficios.

En los 90 se ocupó de la preparación de la exposición antológica patrocinada por la Junta y la Diputación de Valladolid, así como de otra itinerante. En 1994 realzó el monumento a Cardenal Cisneros en Roa (Burgos) y en 1995 el proyecto para la realización de un monumento al obispo Juan del Pino en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja).

En 1996 esculpe el monumento denominado 'Candia' para el Parque Ribera de Castilla en Valladolid, por encargo del Ayuntamiento, y en 2005 para la Casa Cervantes el relieve de bronce conmemorativo del IV Centenario del Quijote, patrocinado por la Diputación.

"En un primer momento no dude en realizar obras en piedra o madera, disfrutando con cinceles y gubias. A estas alturas de mi vida he ido pasando a materiales más ligeros, plásticos, alambres, cartones etc., pero en todos ellos he descubierto otro encanto, otro discurso, es como si dijeras lo mismo en otro idioma", reflexionaba sobre su trayectoria.