La sala de exposiciones de la Casa del Cordón acoge desde este jueves y hasta el 8 de enero del próximo año una muestra "única" de uno de los artistas más "apasionantes" del siglo XX y uno de los máximos exponentes de la cultura mexicana. 'Diego Rivera. Arte y revolución' propone un repaso biográfico a la trayectoria de Diego Rivera a través de 37 obras que repasan la totalidad de la vida y de la experiencia artística del pintor más importante del México contemporáneo, desde sus primeros años a comienzos del siglo XX hasta sus últimas creaciones.
Todas las piezas de esta muestra, comisariada por Javier Del Campo, pertenecen al Gobierno del Estado de Veracruz, México.
Tanto el discurso expositivo, como el planteamiento visual y museográfico han sido creados en exclusiva por el equipo de Cultural Cordón.
Se apoya en varios elementos imprescindibles para poder conocer la vida y obra de Diego Rivera, los grandes murales, algunos de los cuales se han evocado en la Casa del Cordón para esta exposición, textos, palabras e imágenes de Diego Rivera, además de proyecciones documentales que recogen varios aspectos de su quehacer artístico.
Diego Rivera (Guanajuato, 1886 – Ciudad de México, 1957) es uno de los "más grandes" artistas universales del siglo XX. Formado inicialmente en su México natal en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, estudia luego en España junto a Eduardo Chicharro antes de trasladarse a París y conocer la modernidad pictórica. En 1920 viaja por Italia. Los frescos de Giotto, Uccello y Mantegna le descubren la capacidad pedagógica y comunicadora que encierra la pintura mural.
A partir de entonces nada será igual. De regreso a México participa en el programa que José Vasconcelos había puesto en marcha para difundir un arte público en consonancia con el espíritu y la filosofía de la revolución mexicana. Rivera comienza a perfilar el estilo que le hará "célebre" y que aparecerá desde entonces en sus murales: las grandes figuras de corte clásico, inspiradas en tipos y estampas populares del México precolonial, conformando alegorías sobre los más diversos temas.
Puede decirse que no solo se trata de un pintor, pues Rivera concita en torno a su persona gran parte del debate artístico durante medio siglo en México. Es también un "ideólogo, un agitador y un organizador", además de articulista, polemista, anfitrión de León Trotsky, y creador de la moderna iconografía mexicana.
Si gran parte de su vida aparece jalonada por sus matrimonios con Angelina Beloff, Lupe Marín y Emma Hurtado, en la memoria colectiva estará siempre asociado a su amiga y protectora Dolores Olmedo y sobre todo a su tercera esposa, Frida Kahlo.
Rivera recoge lo mejor de la tradición plástica europea que, combinada con la imaginería precolombina, pone al servicio de los nuevos ideales nacionalistas de la revolución mexicana.