José Luis Rodríguez García (León, 1949). Estudió Filosofía en Madrid, disciplina de la que es catedrático en la Universidad de Zaragoza, donde vive desde 1974. Es un prolífico escritor cuya producción abarca diversos géneros, desde la poesía al relato y la novela, pasando por el ensayo.
Ha publicado multitud de artículos y libros dedicados a algunas de las figuras más relevantes del mundo moderno, como Fichte, Artaud, Sartre, Hölderlin o Marx, entre otros, y se ha preocupado, así mismo, de intentar arrojar luz sobre algunos de los momentos más conflictivos de la modernidad, desde la Revolución Francesa, en su obra La mirada de Saturno (1990), donde trata de reconstruir la genealogía del concepto de revolución, hasta el 68 o la posmodernidad.
Como poeta, se estrena con Origen de las especies (1979), al que más tarde seguirán otros poemarios, entre los que cabe destacar Luz de Géminis (1992) y En la noche más transparente (1993). Su más reciente libro de poesía, En la última ciudad (2004), posibilita un viaje hacia el amor, la muerte y la memoria. En 2009, publica el poemario Voces del desierto.
Su calidad como narrador se vislumbra ya en el primer volumen de relatos, Las diversas lunas de la noche (1991), en el que el autor, a través de construcciones asintácticas y anacolúticas, y combinando a la vez lo coloquial y lo poético, se aproxima a la locura y la muerte como límites del discurso.
De entre sus novelas, merecen una mención especial Manos negras (1996), historia urbana de ribetes sombríos (las manos del título corresponden a unas niñas asesinadas en una ciudad de provincias), Al final de la noche (1999), o El ángel vencido (2001), que gira en torno al drama existencial de Savonarola. En Parque de Atracciones(2008) el autor hace otra original incursión en la novela negra.
Su labor literaria ha sido reconocida con la concesión de diversos premios: Bienal Provincia de León de poesía (1980), el Viejo Topo de ensayo, Ciudad de San Sebastián y Pérez Galdós de relatos, y Ramón Sijé y Ciudad de Valencia de novela.
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POESÍA
- Origen de las especies (1979). Porvivir Independiente Publicaciones.
- Tan sólo infiernos sobre la hierba (1981). Diputación de León.
- De luminosas estancias (1983). Diputación de León.
- El unicornio en su jardín (1984). Libros Pórtico.
- Los ojos verdes del búho (1986). Con fotografías de Jacinto Marín. Colección Poemas, Zaragoza.
- El laberinto de los espejos (1986). Editorial Orígenes.
- Luz de Géminis (1992). Endymion.
- En la noche más transparente (1993). Olifante, Ediciones de Poesía.
- Pentateuco para náufragos (1998). Huerga y Fierro Editores.
- En la última ciudad (2004). Prensas Universitarias de Zaragoza.
- El coleccionista de láminas (2007). Mira Editores
- Voces en el desierto (2009). Editorial Eclipsados.
NARRATIVA
- Las diversas lunas de la noche (1991) Endymion. Relatos.
- Y después de abril (1991). Diputación General de Aragón.
- El rorcual azul (1991). Editorial Aguaclara.
- Cuéntame una historia, por favor (1994). Mira Editores.
- Manos negras (1996). Ediciones Alfaguara.
- Al final de la noche (1999). Huerga y Fierro Editores.
- Fotogramas del diluvio (2000). Huerga y Fierro Editores. Relatos.
- El ángel vencido (2001). Huerga y Fierro Editores.
- El hombre asediado (2004). Huerga y Fierro Editores.
- Tres horas (2008). Librería Cálamo.
- Parque de atracciones (2008). Akal.
ENSAYO
- Escritura, poder, sentido (1979). Alcrudo Editor.
- Antonin Artaud (1981). Editorial Barcanova.
- Introducción a Fichte (1982). Libros Pórtico.
- Breves textos sobre el marxismo y España (1983). Ayuntamiento de
Zaragoza.
- Elogio de la melancolía: 1981-1982 (1986). Ayuso.
- Friedrich Hölderlin: el exiliado en la tierra (1987). 2 volúmenes.Prensas Universitarias de Zaragoza.
- Sartre: poder, violencia y revolución (1987).
- Revolución. La mirada de Saturno: (pensar la revolución 1789-1850) (1990). Revolución.
- Los sueños en las redes (1993). Cabildo Insular de Gran Canaria. Departamento de Ediciones.
- Pliegues de la razón moderna: (de Descartes a Cioran) (1993). Mira Editores.
- Verdad y escritura: Hölderlin, Poe, Artand, Bataille, Benjamin, Blanchot
(1994). Anthropos, Editorial del Hombre. (2001). Manuscritos.com.
- Marx contra Marx (1996). Ediciones Endymion. (2001). Manuscritos.com.
- La palabra y la espada: genealogía de las revoluciones (1997). Talasa Ediciones.
- Mirada, escritura, poder: una relectura del devenir occidental
(2002). Edicions Bellaterra.
- Jean-Paul Sartre: la pasión por la libertad (2004). Edicions Bellaterra.
- Crítica de la razón postmoderna (2006). Editorial Biblioteca Nueva.
- Panfleto contra la monarquía: sobre la inutilidad de los reyes (2006). La Esfera de los Libros.
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1.
No abunda la gente dichosa, pero a nadie le debería extrañar, porque el mundo es un estercolero. Cómo ser feliz, en efecto, cuando la desolación impone su reinado. No solicite usted ayuda, una mano cálida y cercana; no pregunte por las razones que convierten en indiferencia la contemplación de una multitud arrasada. Prepárese para crecer indiferente ante el tormento televisado de un ladrón a quien amputan la mano izquierda. No lo haga, sabe usted. No interrogue, cállese. Renuncie a la alegría. Y basta. Aunque hemos de reconocer que la gente feliz escasea por razones más minuciosas y cálidas: ocurre que las paredes de la casa se desconchan, que los otoños han oscurecido los antiguos y cariñosos remites, que la fruta se amarga y que la voz del niño se transforma en llanto. Sucede que los mares perdieron su nombre, que las frutas maduras desconocen su belleza y que las sonrisas se asfixian en paredes de cal. Y resulta horroroso contemplar las fotografías que los años hacen añejas, extrañas como el olor de un pez en agosto.
Sin embargo, el hombrecillo parecía estar contento.
Tiene las orejas malformadas, como mordidas antes de nacer por un geniecillo ocioso y bobo, y renquea, pero silba mientras barre. Aunque lo más frecuente es que cante con una sonrisa abierta y extraña en los labios. Siendo un niño, lo habían seducido los mandiles verdinegros de los pescaderos, el uniforme de pana marrón de los guardabosques, que había descubierto en una estampa de la enciclopedia escolar, los cascos brillantes de los bomberos y el uniforme negro de las damas de la caridad que visitaban el hospicio los domingos por la mañana, cargadas con bolsas de magdalenas y regaliz. Entonces, hace mucho tiempo, soñó que de mayor vestiría uniforme porque se figuraba que era la manera de ser alguien, de ser reconocido aunque su nombre no se pronunciara, ni se reconociera su pasado. Es el tipo de esperanza que puede realizarse: barata, insignificante como una gota de lluvia o una huella en la senda perdida. Es la clase de sueño que flota y revive. Lo ha conseguido y por eso canta alegre, orgulloso con su traje naranja de la compañía de la limpieza municipal. Todos en el barrio saben que él es el basurero y lo llaman. Que perdone, pero es que pintaron ayer y todo un desastre, le informan. Asiente sonriendo, va y recoge cartones manchados de verde y amarillo o esas cosas que siempre sobran —viejos tapices inservibles, montones de cartas que no evocan nada, ceniceros deteriorados y espejos—. Le preguntan si sabe dónde querrán un montón de cascos de vino, ginebra, vinagre, agua mineral, que es un fastidio que haya que comprar envases de vidrio pero es que son más seguros, que dónde, le preguntan.
Manos negras.