Las intoxicaciones son propias del verano y para conocer sus causas, la Consejería de Sanidad obliga desde este miércoles a las empresas de catering y alimentos preparados a congelar durante los cinco días posteriores a la venta una muestra testigo que permitirá elaborar un análisis más preciso en caso de necesitarlo.

El control alimentario es necesario antes de llevar la cuchara a la boca, pero también a posteriori. Un análisis rápido de una comida en mal estado puede ayudar, primero a una pronta recuperación del paciente y a establecer las causas para que no vuelva a suceder.

Con esta nueva ley, las empresas deberán congelar durante cinco días muestras de todo lo que produzcan, algo que no les genera mucho problema, porque ya lo hacían antes, aunque durante 3 días y en cámaras de refrigeración.

Esta norma afecta a empresas que elaboran comidas para suministro directo a medios de transporte, o catering para más de 15 comensales en hospitales, residencias y comedores.