El sonido del viejo proyector de cine arrancando ya nos trasporta a los años del cines ambulantes, las peliculas del nodo y de las viejas salas ya desaparecidas. Allí empezó Miguel en su pueblo: Veguellina de Órbigo.
Una pathe baby fabricada en Francia y que funciona con manivela es una de las joyas que guarda en su improvisado taller de cine.
Aquí empalma rollos de película, limpia los carbones de los proyectores, reconstruye pieza a pieza camaras de 8 milimetros, aunque le cuesta encotrar recambios.
Lleva 20 años recorriendo anticuarios y rastros donde encontro este proyector de super 8 que todavía funciona, su sueño que todo estos artilugios forme parte algún día de un museo y que la tecnologia no borre lo que un día fueron los años gloriosos del cine.