Las carreteras de la provincia vallisoletana son pioneras en la utilización de un novedoso sistema de seguridad vial. Se trata de las conocidas como cunetas drenantes. De momento, se han instalado en 18 kilómetros para evitar el vuelco de los coches en las salidas de vías.
Valladolid ha sido la primera provincia en incluir este novedoso elemento de seguridad en las carreteras. Lo hace desde 2007 cuando comenzaron a rellenarse las cunetas con grava y ahora en Ávila siguen sus pasos. Un estudio demostró entonces que es un sistema mejor que las dobles biondas.
De momento se ha actuado en 18 kilómetros repartidos por 44 tramos de la nacional 601. De la 610 y la autovía A-6. Es decir el equivalente a 14 piscinas olímpicas.
Un gran presupuesto, 87.000 euros el kilómetro, que se explica sólo por la gran cantidad de grava que se necesita: 2.000 metros cúbicos de grava por cada 1.000 metros.
El sistema ya ha evitado accidentes, incluso con camiones, que podrían haber costado la vida a los ocupantes del vehículo. Una última advertencia: que los conductores no se paren en estas zonas ya que el coche se queda atrapado entre las piedras.