Castilla y León ha vivido el segundo verano más cálido desde 1961 y un déficit de precipitaciones del 31%. El otoño se prevé también seco y caluroso.

El verano en Castilla y León ha superado varios récords meteorológicos. El delegado territorial de la Aemet, Manuel Mora, ha señalado este lunes que junio y agosto se han convertido en los meses con las temperaturas medias y máximas más altas registradas. Así mismo, agosto ha sido el tercero con las mínimas más elevadas, solo por detrás de 2003 y 2022.

Se produjeron dos olas de calor: la primera entre el 28 de junio y el 2 de julio y la segunda, más prolongada, del 3 al 18 de agosto, ambas generalizadas en toda la región. En total han sido 77 días con temperaturas máximas iguales o superiores a 25 grados.

La máxima absoluta se registró en la localidad abulense de Candeleda, con 43,4 grados los días 12 y 16 de agosto, mientras que la mínima más baja fue de 2,2 grados en la localidad segoviana de Cuéllar el 21 de julio.

Las previsiones de la Aemet para el próximo otoño apuntan a una estación también seca, con una probabilidad del 45%, y calurosa, con un 60-70% de probabilidades.