Premio Nacional de las Letras Españolas 2006

Guerra Garrido, Raúl

Es un narrador preocupado por ofrecer un testimonio estético e ideológico de la realidad contemporánea.

Raúl Guerra Garrido (Madrid, 1935) Cursó estudios de Farmacia, obteniendo también el doctorado. De ascendencia berciana, se estableció, en 1960, en el País Vasco, residiendo desde ese año en la ciudad de San Sebastián, en la que ha ejercido como farmacéutico. Es un narrador preocupado por ofrecer un testimonio estético e ideológico de la realidad contemporánea. Sus historias enfrentan al lector con peripecias que se desenvuelven en escenarios recorridos por los dramas de nuestro tiempo.

Su obra se inaugura con Cacereño (1969), publicada en Alfaguara por Camilo José Cela y que es una novela sobre la emigración al País Vasco, y madura con Lectura insólita de El Capital (Premio Nadal 1976), que refleja la angustia de un secuestro.

Esta observación crítica de la realidad vasca se ha traducido en otras cuatro novelas, que abordan las venganzas y el ajuste de cuentas sangriento —La costumbre de morir, 1981—, La extorsiónLa carta, 1990— y la degradación colectiva derivada de la convivencia sumisa con el crimen: Tantos inocentes (1996) y El otoño siempre hiere (2000), un testimonio arriesgado y valiente, escrito desde el País Vasco, de un proceso habitualmente contemplado con la complicidad silenciosa del miedo.

Copenhague no existe (1979) reflexiona sobre la procelosa aventura de la libertad individual en la frontera de la cuarentena. Escrito en un dólar (1983) narra la quiebra de un hombre de acción.

El año del wolfram (finalista del Premio Planeta 1984) recupera la epopeya del oeste berciano durante la II Guerra Mundial: tiempos de estraperlo y espionaje en la ciudad del dólar con los guerrilleros acechando por los montes.

El mar es mala mujer (1987) es una novela marinera. Dulce objeto de amor (1989) desnuda un cortejo de pasión. Viaje a una provincia interior (1990) supone el reencuentro con la memoria juvenil de Cacabelos, la evocación de las historias familiares, la revelación de los paisajes que un siglo antes habían fascinado a Gil y Carrasco.

El síndrome de Scott (1993) viaja a La Antártida desolada y gélida acompañando a los investigadores que estudian los efectos de la acción humana sobre la capa de ozono. Castilla en canal (1999) sigue el curso y las sugestiones de este empeño ilustrado por hacer navegable la meseta cereal.

Cuaderno secreto (2003) se zambulle en la evocación del Bierzo después del atentado que el 21 de julio de 2001 destruyó su farmacia donostiarra. La Gran Vía es New York (2004) constituye un fresco literario a través del tiempo de esta arteria madrileña que obtuvo el Premio de la Crítica de Castilla y León y el Premio de la Comunidad de Madrid 2005.

En 2006 el conjunto de su obra fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras Españolas. La soledad del ángel de la guarda (2007), por último, cuenta la historia de un escolta encargado de proteger a un profesor jubilado y amenazado.

Con Quien sueña novela (2010) ganó el XI Premio Unicaja.

Un interesante recorrido bibliográfico por su obra es Inventario de Raúl Guerra Garrido, publicado en 2005 por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua.

$$$
  • Ni Héroe ni nada (1969). Literoy.
  • Cacereño (1969). Alfaguara. (1973). Plaza & Janés. (1974). Círculo de Lectores. (2005). Hiria Liburuak.
  • El pornógrafo (1972). Literoy.
  • ¡Ay! (1972). Richard Grandio. (1976). Plaza & Janés.
  • La fuga de un cerebro (1973). Editora Nacional.
  • Hipótesis (1976). Destino.
  • Pluma de pavo real, tambor de piel de perro (1977). Grijalbo.
  • Lectura insólita de “El Capital” (1977). Destino.
  • Copenhague no existe (1979). Destino.
  • Micrófono oculto (1979). Ediciones vascas. (1989). Mondadori.(1991). Biblioteca de El Sol.
  • Antología de relatos. La costumbre de morir (1981). Cátedra. (1991). Grupo Libro.
  • Escrito en un dólar (1982). Planeta.
  • Con tortura (1983). Ciencia y Cultura. Antología de Relatos.
  • La sueca desnuda (1983). Noega.
  • El año del wolfram (1984). Planeta. (2003). El Aleph.
  • La mar es mala mujer (1987). Mondadori. (1990). Espasa.
  • Viaje a una provincia interior (1990). Ámbito. (1992) Margen Cultural.(2005). Fundación Tomás Moro.
  • Dulce objeto de amor (1990). Mondadori.
  • La carta (1990). Plaza & Janés. (1995). La plaza. (2002). Espasa-Calp.
  • El síndrome de Scott (1993). Espasa-Calpe. (2001). Muchnik.
  • Mis más bellas derrotas (1994). Ediciones Libertarias-Prodhufi. Artículos.
  • Tantos inocentes (1996). Espasa-Calpe.
  • Castilla en canal (1998). Muchnik. (2005). Alianza.
  • El otoño siempre hiere (2000). Muchnik.
  • Miento (2001). Huerga y Fierro.
  • Cuaderno Secreto (2003). El Aleph.
  • La Gran Vía es New York (2004). Alianza Editorial.
  • Inventario (2005). Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Ensayos sobre su obra. Edición de Félix Maraña.
  • La soledad del ángel de la guarda (2007). Alianza.
  • Quien Sueña Novela (2010). Alianza.
$$$

En la boca del león Estás en el centro o grano de trigo, en el exacto punto trigonométrico de un lugar de privilegio. En Frómista, en la antigua Frumesta de los romanos, de frumentum, que significa trigo. En el lugar donde el cauce de las aguas se entrecruza con el camino de las almas; lugar de doble privilegio como la luz, que no es onda ni partícula, sino ambas cosas a la vez, donde lo telúrico se confunde con lo teúrgico. Lo sientes como un inasible abrazo. Desde el puente por donde circulan los peregrinos vuelves tu vista a la obra de fábrica, en donde cuatro esclusas, las 20, 19, 18 y 17, abren poderosa herida en la tierra y tiñen de sangre las curvas paredes de sus labios. Vuelves a admirar la sobria y bella arquitectura del vacío, esta vez con el desasosiego de un temor, el de no poder interpretar su inaudito mensaje. La leonardesca estructura adivina cómo las sanguinolentas luces del crepúsculo se transformarán insensiblemente en placenteras y deleitosas sombras. El articulado desplome del agua, de quince metros de desnivel, el mayor de todo el Canal, dibuja en sus variables ondulaciones la metáfora de la vida. Quizá de la lucha por la vida. El cuádruple salto, a pesar de haber sido insidiosamente depredado (con el desvío de parte de su caudal a una mísera central eléctrica, con la ruina de sus fábricas y batanes, con el expolio de sus compuertas) mantiene íntegra su dignidad. El desasosiego te lleva más allá de la pura percepción física, a la metáfora de esta ondulación, es la última del agua que fue y la primera de la que será, fiel reflejo de la vida: en este instante comienza el resto de lo que de ella te queda. La novedad, la extraña sensibilidad que provoca, hace que pierdas el sentido del tiempo. ¿Cuánto tiempo llevas contemplando estas esclusas?

La formidable apuesta espiritual del Camino de Santiago tiene en Frómista, fin de la sexta etapa según el Codex Calixtinus, en la románica iglesia de San Martín, su joya de la corona. ¿Cuánto tiempo llevas contemplando sus canecillos? Sus aurificadas piedras también aguardan complacidas la sombreada matización del crepúsculo. Repasas las figuras, tan fundamentalmente realistas y de tan abstracta interpretación esotérica: el burro músico, compañero constructor que hace bien las cosas sin saber por qué; el mono, mimesis de la lujuria; los pájaros, siempre refinados como corresponde al símbolo del alma; el joven con una muñeca en las rodillas, anacronismo de una mala copia; y el león. Detente bala, decían los escapularios requetés. Detente en el león. La Ruta Jacobea es un camino iniciático y el arte románico, un espejo de símbolos; medita en tan hermoso animal que no es infierno ni infiesto, como tan a menudo se cree, por más que sí sea fiero. Los andrófagos, los devoradores de hombres, casi siempre adoptan la forma del león, raramente la del perro o el lobo, y con frecuencia están ahí, tumbados, esperando, tan plácidos que incluso apoyan la cabeza en una mano. Tu interés se centra en una ilustrativa secuencia de canecillos casi cinematográfica, en tres consecutivas figuras de león: una cabeza; la misma cabeza, más grande, con la boca abierta; la misma, devorando a un hombre entero. El tema es la paciente espera de la muerte iniciática, el león devora al hombre viejo para que así renazca el hombre nuevo, el iniciado.

Castilla en canal.