Hace más de dos años que se instaló en el Hospital Universitario de Burgos una bañera de dilatación, aunque sólo siete parturientas la han empleado. Un dispositivo que ofrece a las mujeres una forma más natural de prepararse para dar a luz. Una técnica que no es muy demandada ya que el 80 % de las mujeres embarazadas solicitan la epidural, una anestesia contraindicada para este método de dilatación.

La utilización de agua caliente durante la dilatación induce a la mujer a la relajación. Este es el objetivo de la bañera que se instaló hace varios años en uno de los seis paritorios con los que cuenta el Hospital Universitario. Lo que hace que llegue a la última fase del parto en mejores condiciones y con menos dolor.

Aunque un número reducido de mujeres la han utilizado, ya que el ochenta por ciento solicitan la anestesia epidural. Además esta forma de dilatación exige la vigilancia ininterrumpida de una matrona.