BURGOS

Castrillo Matajudíos vota cambiar su apellido a Mota de Judíos

  • De los 55 vecinos llamados a las urnas, votaron 52 y 29 apostaron por el cambio de nombre, 19 lo rechazaron y cuatro votos fueron nulos.

L. Sierra/ ICAL

La localidad burgalesa de Castrillo Matajudíos cambiará de nombre. Así lo han decidido los 55 vecinos llamados a las urnas en este pequeño municipio burgalés, que sometió a consulta popular el cambio de nombre ante posibles malentendidos y algún tipo de agravio que el nombre de la localidad pudiera causar en la comunidad judía que hay repartida por todo el mundo. Un hecho que han seguido en las últimas semanas medios internacionales de todo el mundo.

La consulta ha decidido que la localidad pase a denominarse Castrillo Mota de Judíos, según confirmaron fuentes municipales. La consulta, a la que estaban llamados los 55 vecinos del municipio, se saldó con 52 votos. Del total, 29 fueron a favor del cambio de nombre, 19 en contra del cambio y cuatro fueron nulos. De este modo, la actual corporación ha conseguido el objetivo que llevaba persiguiendo desde hace algunos años, al dejar de ser señalado por un nombre con connotaciones antisemitas.

El cambio de nombre, que no se hará efectivo hasta dentro de algunos meses, supone la modificación del topónimo Castrillo Matajudíos, y su transformación en Castrillo Motajudíos o Castrillo de Matajudíos, tal y como acordaron los responsables del Ayuntamiento con su alcalde a la cabeza, Lorenzo Rodríguez, en la reunión celebrada el pasado 19 de abril en el municipio.

Desde primera hora de la mañana, los vecinos de esta pequeña localidad, cuna del compositor Antonio Cabezón, acudieron fieles a las urnas con un doble propósito: elegir a los eurodiputados del Parlamento Europeo y un posible cambio de nombre para su pueblo. Dos misiones diferentes en las que participaron todos los vecinos del pueblo.

"A votar al Parlamento están viniendo muchos, pero menos que a lo del nombre del pueblo", explicó en declaraciones a Ical Agustín Alonso, vecino del pueblo y responsable de la urna en la que se han ido depositando los votos a favor y en contra del cambio de topónimo. Pese a no haberle llegado ninguna notificación censal, Alonso acudió a las 8 horas de hoy domingo a la constitución de una mesa muy particular formada por una urna con una bandera del municipio en la que se han ido acumulando los pareceres de los 55 vecinos de la localidad.

Modesta y su hija Nieves fueron algunas de las más madrugadoras a la hora de expresar su deseo de cambio de nombre. "Hemos votado que sí y lo decimos bien claro porque nos parece que puede ser bueno para el pueblo", argumentó la primera en declaraciones a Ical.

Más reacios a hacer público su voto fueron otros vecinos que han ido pasando por el despacho del señor alcalde, convertido en un improvisado colegio electoral, para emitir un voto que todos entienden como "trascendental" para la historia de un municipio muy ligado a la comunidad hebrea durante siglos.

Castrillo y los judíos

La decisión de cambiar el nombre al pueblo tiene su origen en el año 2009, cuando el alcalde y su corporación decidieron sufragar un estudio de la mota del pueblo. "Sabemos que es en esa mota o colina donde se asentaron los judíos que vivieron en este pueblo. De ahí que encargásemos un informe para buscar las raíces y motivar el cambio del nombre que tan malas pasadas les ha jugado a algunos vecinos en partes del mundo como Israel", agregó el edil.

Para encontrar la seña de identidad del nombre de Castrillo Matajudíos es necesario remontarse diez siglos atrás. Concretamente al año 1035, momento en el que la localidad vecina de Castrojeriz destierra a los judíos de la aljama después de que a la muerte de Sancho III, los de Castrojeriz se levantan en armas contra los emisarios del rey y acabasen con la vida de cinco emisarios y 66 judíos. Desterrados al barrio de Castrillo (actual Castrillo de Matajudíos), la comunidad judía se ubica en la parta alta del pueblo, una colina conocida como 'La Mota'.

La documentación consultada por los historiadores encargados de recabar la historia de Castrillo Matajudíos ha dado con una conclusión: que fue un escriba quien cambió el nombre del pueblo por error en el siglo XVII. Así lo atestiguan varios papeles del siglo XV donde aún se conserva el nombre de Castrillo Motajudíos, que a partir de ese momento figura en todos los archivos con el actual topónimo Matajudíos.

El presidente de la Comunidad, Juan Vicente Herrera, afirmó esta mañana desconocer si el referéndum de Castrillo Matajudíos es "consultivo o decisorio", al tiempo que afirmó estar seguro de que la iniciativa está cargada de "buena voluntad". Con todo declaró que "lo que decidan los vecinos debe ser respetado por todos".