La unidad especializada inspecciona colectores bajo las Cortes antes de cada pleno para prevenir sabotajes y garantizar la seguridad.
Antes de que comience la actividad en el pleno de las Cortes de Castilla y León, una unidad policial especializada se desplaza hasta el edificio para inspeccionar los colectores y espacios subterráneos más próximos. Su objetivo: detectar cualquier artefacto, paquete sospechoso o elemento que no debería estar allí.
"El acceso a un espacio confinado es bastante peligroso. La atmósfera puede ser venenosa o puede ser explosiva", explica Silvano del Hierro, responsable de la unidad de subsuelo de Castilla y León. Por eso, el primer paso es utilizar un detector de gases para comprobar que las condiciones son adecuadas. Después, los agentes descienden con trípode y arnés para revisar desde las entrañas de la ciudad que no exista ningún riesgo de atentado o sabotaje.