La residencia AMAVIR de Valladolid ha puesto en marcha un proyecto innovador: acogen un perro del Centro Municipal de Protección Animal de la ciudad para hacer terapia con los mayores. La llegada del animal al centro aporta muchos beneficios a los ancianos que residen allí.
Mía, una galga negra, ha conquistado el corazón de todos los mayores y trabajadores de la residencia AMAVIR de Valladolid. Secundino Martínez, residente en el centro, está encantado con su presencia, "es una gozada estar aquí con ella. A las personas que tienen Alzheimer o algún problema más agudo le he visto reír. Y eso a mí me ha ilusionado mucho".
Este proyecto fue ideado por Victoria García, la terapeuta del centro, quien conoce de primera mano los beneficios que tienen las sesiones con animales. "Tengo el máster de terapia asistida con animales. Traen beneficios a nivel físico, psíquico y a nivel emocional. Gente que tiene problemas a nivel físico trabajamos con ellos el cepillado, entonces hacemos que se muevan un poquito. A nivel cognitivo están pendientes de las necesidades del perro", asegura la sanitaria.
Mía es el quinto perro que acogen en la residencia. Sus predecesores ya han encontrado un hogar. Todos vienen del Centro Municipal de Protección Animal del Ayuntamiento de Valladolid. "De los cuatro perros que llevamos es que al cabo de dos semanas, como mucho, ya están adoptados. Y entonces volvemos a iniciar el ciclo. Generalmente, aquí buscamos animales que sean pequeños o medianos, que sean muy sociables, que sean muy cariñosos", afirma la veterinaria del Centro Municipal de Protección Animal del Ayuntamiento de Valladolid, Virginia Diéguez.
Buscan que los perros tengan esas características para que así tanto los animales como los mayores disfruten de su estancia en el centro.
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