Las ideas se pagan, pero lo que más valoran los inversores es la ejecución de esas ideas. Por eso se les llama emprendedores y no pensadores. Ahora buscan inversión para sus proyectos en fondos de capital riesgo, porque el método tradicional no se ajusta a sus pretensiones.
Buscan financiación y ofrecen proyectos de futuro en los que todos, emprendedor e inversor, ganan.