Los presupuestos generales del Estado prevén que Hacienda suba el valor de los inmuebles a efectos fiscales. Hasta ahora eran las dos partes de una transacción inmobiliaria las que estimaban el valor de una vivienda a la hora de pagar impuestos. Si la Administración no estaba de acuerdo tenía que demostrar cuál era el valor real. En muchas ocasiones esa diferencia terminaba en los tribunales que eran los que solían dar la razón a los particulares. Hacienda cambia el sistema para reducir esa litigiosidad. A partir de enero hará el cálculo con unos criterios con los que dice que se ajusta más al valor de mercado, como los precios medios en la zona o la antigüedad: "Un valor fijado de forma unilateral por Hacienda y que puede dar lugar a un encarecimiento de los tributos asociados a las transmisiones patrimoniales, es decir, compraventas y a las herencias", destaca Rubén Rúa de la Asociación Española de Asesores Fiscales. 

Además eleva el factor de minoración del 0,5 al 0,9%. Es una herramienta para que la base imponible no supere el valor de mercado. Por ejemplo, si una vivienda se vende por 100.000 euros con este factor se tributará por 90.000, cuando antes se hacía por 50.000. Este cambio afectará al pago de impuestos como transmisiones patrimoniales, patrimonio, sucesiones, donaciones y actos jurídicos documentados, pero no a otros como el IBI para el que se seguirá teniendo en cuenta el catastro.