Burgos se vistió hoy de gala para celebrar la fiesta de su patrón, San Lesmes. El alcalde, Javier Lacalle, presidió los actos en una gélida mañana en la que la lluvia no deslució las actividades en las que las jotas, la dulzaina y los panecillos son los protagonistas. 

La comitiva partió a las 11 de la mañana del Paseo del Espolón hasta la iglesia de San Lesmes, ubicada en la plaza de San Juan. Hasta este punto llegaron los grupos folclóricos, peñas, reinas y damas de la ciudad, acompañados por el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, que ofició una eucaristía en la que se rindió honores al santo. En el acto litúrgico se bendijeron los tradicionales "panecillos de San Lesmes".  

Tras la ceremonia religiosa, la plaza de San Juan acogió el reparto de pinchos y de panes, además de las famosas danzas y jotas que abarrotaron el espacio. No faltó el baile de los gigantones ante la atenta mirada de cientos de burgaleses y visitantes.

San Lesmes fundó en Burgos el monasterio benedictino de San Juan Evangelista, jugando un papel fundamental en el saneamiento de la ciudad. Además, realizó una gran labor social con la atención altruista a los ciudadanos de Burgos y a los peregrinos que recorrían la ruta Jacobea y pernoctaban en el monasterio de San Juan. Murió en Burgos el 30 de enero de 1097 y fue enterrado en la capilla de San Juan Evangelista. El templo cambió de titularidad por el de San Lesmes y la ciudad de Burgos lo invocó como patrono.