Entre los jóvenes que cada año se forman como árbitros en la Federación de Fútbol de Castilla y León, esta temporada hay un caso atípico. Son los hermanos trillizos Arribas Calvo. A sus 15 años acaban de dar el paso para ser colegiados. Ya han comenzado a arbitrar en Valladolid en categorías inferiores y su sueño es llegar a pitar partidos de fútbol profesional. Las polémicas y la crispación que se vive en algunos campos no les frena a la hora de pitar sobre el césped. En la década de los 80 del pasado siglo ya hubo un caso de tres hermanos de Castilla y León, aunque no trillizos, los Hernández Velázquez que pitaron en Primera y Segunda B.