El Operativo de Vialidad Invernal de Castilla y León cuenta cerca de medio millar de máquinas quitanieves, 174 estaciones meteorológicas, silos y depósitos para 86.000 toneladas de sal, a los que se unen depósitos para 4,7 millones de litros de salmuera y 72 plantas para fabricar esta concentración de sal y agua, con la que se consigue extender mejor la sal y evitar la formación de placas de hielo.

La delegada de Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín, detalló que "con el dispositivo previsto se quiere garantizar, en la medida de lo posible, el tráfico en las carreteras ante situaciones de frío y nevadas intensas, así como la seguridad de sus usuarios y de gestión de las incidencias ocasionadas con motivo de las nevadas".
 
Martín afirmó que se cuenta con unos 3.000 profesionales, entre las Demarcaciones de Carreteras, la DGT, la Guardia Civil de Tráfico, Protección Civil, la Aemet, concesionarias de autopistas y la UME para afrontar el reto de que "los ciudadanos se vean perjudicados lo menos posible cuando aparecen estos fenómenos tan habituales en uno u otro punto de nuestro extenso territorio durante el invierno".

La delegada de Gobierno trasladó a los ciudadanos que "en el caso de producirse condiciones meteorológicas adversas que puedan afectar a la vialidad, el Gobierno de España cuenta con medios materiales suficientes para tratar de paliar los posibles efectos negativos para el tráfico". Recalcó que hay que "sumar también la maquinaria de las empresas concesionarias de autopistas".
 
Fases del protocolo
 
Por su parte, explicó los diferentes avisos enmarcados dentro del protocolo, donde se comienza con la fase de alerta, es decir, la "AEMET emita boletines de aviso por nevadas con niveles amarillo, naranja o rojo. El solo hecho de activar esta fase significa que las unidades de Carreteras movilizan a sus medios en la zona en la que se activa", apuntó.
 
Tras ello, se declarará la fase de preemergencia cuando la "intensidad de la nevada hace prever dificultades para la circulación o cuando la nieve caída, el hielo u otra circunstancia dificulte efectivamente la circulación". Por último, la fase de emergencia se activa "cuando resulte necesario prestar atención a personas que han quedado bloqueadas o retenidas y no pueden seguir su viaje por medios propios", subrayó Mercedes Martín.