Una bodega de la provincia de Burgos ha desarrollado un robot pionero que está transformando la elaboración del vino en todo el mundo. Tras más de seis años de pruebas y una inversión superior a los 400.000 euros, la bodega Viña Solorca ha patentado un sistema automatizado de bazuqueo que mejora la calidad del producto final y garantiza la seguridad de los trabajadores.
El proyecto nació de la necesidad de racionalizar el trabajo en bodega y priorizar el bienestar de los empleados. Víctor, propietario de Viña Solorca, tenía claro que había que buscar la excelencia en cada fase del proceso de elaboración, desde la uva hasta el vino embotellado.
Mayor seguridad y menos esfuerzo físico
El robot elimina uno de los principales riesgos del sector: trabajar sobre los depósitos respirando gas carbónico. Además, reduce drásticamente la carga física. Una bodega que elabora un millón de kilos de uva con 30 o 40 depósitos necesitaría entre 10 y 14 personas trabajando muchas horas al día con los remontados tradicionales. Con este sistema, una o dos personas pueden gestionar todo el proceso.
"Vamos a ahorrar entre un 70 y un 80% todo el esfuerzo físico y la carga laboral en una bodega", explican desde la empresa.
Tecnología de precisión y control total
El robot utiliza un sistema de inmersión con dos brazos que se abren dentro del sombrero de pulpa, regando y homogeneizando todo el depósito de forma uniforme. Esto permite un control exhaustivo de la extracción y una elaboración más precisa.
Pero la verdadera revolución está en los sensores integrados. El bazuqueador incorpora dispositivos que miden en tiempo real parámetros como temperatura, densidad, pH, turbidez, conductividad y compuestos volátiles. Esto elimina la necesidad de tomar muestras y hacer análisis en laboratorio.
Inteligencia artificial al servicio del enólogo
Con toda la información recopilada por los sensores, el sistema da un paso más: utiliza inteligencia artificial para analizar continuamente los datos y ofrecer avisos en tiempo real. No solo alerta al enólogo cuando algún parámetro es inestable, sino que también le sugiere soluciones basadas en acciones pasadas.
El enólogo sigue siendo imprescindible, pero ahora trabaja con información mucho más precisa y puede tomar decisiones mejor fundamentadas.
Resultados extraordinarios
Los números avalan la innovación: el sistema mejora la riqueza fenólica y la estructura de los vinos en un 40%, ahorra un 80% de carga laboral y reduce el consumo energético en un 60%.
El robot ya está patentado y cerca de 50 bodegas en todo el mundo están comenzando a trabajar con él. En el desarrollo de esta innovación han participado empresas jóvenes de la provincia de Burgos y distintas universidades europeas.