Fernando Arrabal (Melilla, 1932). Su infancia refleja el drama español de los niños de la guerra. Un padre republicano y condenado a muerte, una madre replegada hacia el regazo familiar de Ciudad Rodrigo, donde Arrabal aprende a leer, empieza a escribir y recibe, a los diez años, el Premio Nacional de “superdotados”.
Según el profesor Amorós, “es el autor español más conocido y cotizado en la escena internacional, después de García Lorca”. Desde mediados de los cincuenta reside en París.
Su teatro se sitúa en la estela de las vanguardias europeas, aunque con un marcado componente ibérico. Su maestro Samuel Beckett señaló cómo “en todas partes donde se representan sus obras, España está presente”. Arrabal con su teatro encabeza, junto a Jodorowsky y Topor, el Movimiento Pánico, cuyo nombre alude al arcádico dios Pan, que con su empuje conduce a la suelta de la razón para liberar los impulsos creadores que el ser humano lleva dentro.
Como autor reclama una libertad radical frente a los imperativos de cualquier tendencia o programa estético. El profesor Torres Monreal enumera las características esenciales de su obra: “Origen y concepción libre de censuras. Predominio de las fijaciones y de las imágenes oníricas. Carácter marcadamente psicodramático. Acentuación de los comportamientos sádicos. Base sagrada. Tendencia a la forma ceremonial y al teatro total”.
Un programa máximo licuado por el humor, que primero se manifiesta como desafío a la realidad, a través de recursos cercanos al disparate, y luego trasciende hacia la negritud, en la línea de Buñuel, Quevedo o Valle-Inclán, manejando los tabúes como conductores de perplejidad.
De su obra teatral destacan las iniciales Pic-Nic (1952), El triciclo (1953), El laberinto (1956), Los dos verdugos (1956) y El cementerio de automóviles (1957). El fracaso con el público y la crítica de Madrid lo empujó a dejar España en 1957.
Posteriormente, el ruidoso proceso sufrido por una dedicatoria provocadora complicó su relación con España hasta la llegada de la democracia. El gran ceremonial (1963), El arquitecto y el emperador de Asiria (1966), Oye patria, mi aflicción (1975) y Carta de amor (como un suplicio chino) (2002) figuran entre lo mejor de su obra escrita en París. Dos volúmenes (de más de dos mil páginas) de la colección Clásicos Castellanos de Espasa recogen su teatro completo.
Como novelista ha plasmado su purga del corazón indagando en las esquirlas de la memoria: los duelos de la infancia y la orfandad ocasionada por el enfrentamiento bélico. Sus títulos narrativos más destacados son: Arrabal celebrando la ceremonia de la confusión (1966), Baal Babilonia (1977), La torre herida por el rayo (1983), El mono o enganchado al caballo (1994, Premio internacional Nabokov), Ceremonia por un teniente abandonado (1998) y Levitación (2000).
Arrabal es también autor de numerosos poemarios, frecuentemente ilustrados por los artistas más relevantes del siglo XX (Dalí, Magritte, Saura...), de media docena de largometrajes y de una serie de polémicas “Cartas”, que ha dirigido a destinatarios como el general Franco (en vida del dictador), Fidel Castro, el Rey de España o los comunistas españoles. Su diario La dudosa luz del día (1994) obtuvo el Premio Espasa de ensayo.
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TEATRO
Ha escrito más de un centenar de obras de teatro. Destacaremos:
- Ceremonia por un negro asesinado (1966). Primer Acto, nº 74, Madrid.
- La marcha real, en el volumen Literatura española del último exilio (1975). Nueva York, Gordian Press.
- La torre de Babel (Oye, patria mi aflicción) (1976). París, Ch. Bourgois, XI,
edición bilingüe.
- En la cuerda floja (Balada del tren fantasma) (1977). Madrid, en la Revista
Pipirijaina, núm. 4, 2ª época.
- Pic-nic, El triciclo, El laberinto (1977). Cátedra.
- Inquisición (1982). Don Quijote.
- El rey de Sodoma (1983). Madrid, M. K., Col. Escena, núm. 38.
- ...Y pondrán esposas a las flores (1984). Ambos mundos.
- El cementerio de automóviles, El arquitecto y el emperador de Asiria
(1984). Cátedra.
- Las delicias de la carne (1985). Destino.
- Fando y Lis, Guernica, La bicicleta del condenado (1986). Alianza Editorial.
- Teatro Bufo (Róbame un billoncito. Apertura orangután. Punk y Punk y
Colegram) (1986). Espasa-Calpe, Colección Austral.
- Teatro pánico (El gran ceremonial, Los cuatro cubos, La primera comunón, Los amores imposibles, Strip-tease de los celos, La juventud ilustrada, Una
cabra sobre una nube, ¿Se ha vuelto Dios loco?) (1986). Cátedra.
- La travesía del imperio (1988). Ed. Burdeos.
- Como lirio entre espinas (1992). Revista Barcarola, nº40.
- Teatro completo, en dos volúmenes (1997). Coedición del Ayuntamiento de
Melilla y de la editorial Espasa Calpe.
- Carta de amor: como un suplicio chino (2002). Libros del Innombrable.
- Claudel y Kafka (2002). Libros del Innombrable.
NARRATIVA
- Arrabal celebrando la ceremonia de la confusión (1966). Alfaguara. (1983). Destino. (1984). Orbis.
- Baal Babilonia (1977). Cursa. (1983). Destino. (1984). Seix Barral. (1984). Con el título Viva la Muerte en La Flor, Buenos Aires. (2005) Libros
del Innombrable.
- La torre herida por el rayo (1983). Destino. (1984). Círculo de Lectores.
- La piedra de la locura (1984). Destino.
- El entierro de la sardina (1984). Destino.
- La piedra iluminada (1985). Destino.
- La virgen roja (1987). Seix Barral.
- La hija de King Kong (1988). Seix Barral.
- La extravagante cruzada de un castrado enamorado (1990). Seix Barral.
- El mono o enganchado al caballo (1994). Planeta.
- La dudosa luz del día (1994). Espasa Calpe. Memorias.
- Ceremonia por un teniente abandonado (1998). Espasa Calpe.
- Levitación (2000). Seix Barral.
- La matarife en el invernadero (2003). Libros del Innombrable.
- Como un paraíso de locos (2008). Bruguera, Barcelona.
"CARTAS"
- Carta al General Franco (1973). Ed. Granica, Buenos Aires. (1976). Ed. Babilonia, Noce. (1978). Ed. Actuales.
- Carta a los militantes comunistas españoles (Sueño y mentira del eurocomunismo) (1978). Ed. Actuales. (1980). Ed. Acción Directa.
- Carta a los comunistas españoles y otras cartas (a Franco, al Rey, a Valladares) (1981). Ed. Godoy.
- Carta a Fidel Castro (1983). Playor. (1984). Ed. Diana, Méjico.
- Carta a Jose María Aznar (con copia a Felipe González)
(1993). Espasa Calpe.
- Carta al Rey de España (1995). Espasa Calpe.
- Cartas a Baltazar (1999). Universidad de Murcia.
- Carta a Stalin (2003). La Esfera de los Libros.
ENSAYO
- El Greco (1991). Destino.
- Las manazas del Samaritano. Conversaciones con Ionesco (1994). Revista La Vuelta, nº 210, mayo.
- Genios y figuras (1993). Espasa Calpe.
- Un esclavo llamado Cervantes (1996). Espasa Calpe.
- ¡Houellebecq! (2005). HMR.
- Diccionario Pánico (2007). Libros del Innombrable.
- El pánico; Manifiesto para un tercer milenio (2008). Libros del Innombrable.
- Universos arrabalescos (2009).
- Defensa de Kundera (2009).
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Elías Tarsis no levanta la mirada, gracias a ello sus ojos no chocan con los del «robot implacable» que tiene frente a él. Si lo hiciera no podría reprimir el impulso de arrojar a su cara empedrada el tablero y las piezas de ajedrez.
—Huelo a asesino que apesta. Llevo ya dos meses soportando este tufo. Es un criminal..., podría probarlo.
Claro que podría demostrarlo, pero ¿quién le escucharía? ¿A quién le interesaría verificar las pruebas indiscutibles —según él— que ha acumulado durante un año? En realidad, ambiciona, más que acusar y condenar a Marc Amary, vengarse de él. Por culpa de esta máquina inexorable, de este autómata de sangre y vileza ha sufrido la pena más negra. Cuando la recuerda siente como si una ampolla de mercurio incandescente se paseara de su corazón a su cerebro y de su cerebro a su corazón. Comprende que tiene que sosegarse si quiere ganar el desafío ajedrecístico comenzado hace ya dos meses: tiene que conducir su inteligencia a través de los meandros de la acción pero sin que la sed de venganza le desoriente.
Marc Amary, para todos, árbitros, espectadores y miembros de la federación, no es el “robot de sangre y huesos” que pinta Tarsis, sino la imagen misma de la serenidad. Y de la Ciencia con C mayúscula. Probablemente podría asegurar como Leonardo de Vinci que el pájaro es un instrumento funcionando según las leyes matemáticas.
Tras el extraño y sensacional secuestro del ministro soviético de Asuntos Exteriores, Igor Isvoschikov, a su paso por París, la curiosidad de la prensa por el campeonato delmundo de ajedrez ha disminuido; sin embargo, el interés de los ajedrecistas, ahora que se vislumbra el desenlace, alcanza su cenit. Para ellos, nada hay más hermoso que lo verdadero. El teatro del Centro Beaubourg, marco del duelo, continúa abarrotándose ante cada partida, pero los espectadores ahora sólo se reclutan entre los aficionados más ardientes, aquellos para quienes las cinco horas (¡tan breves!) que suelen durar cada una de las sesiones son instantes en los que adivinan el perfume del asombro y el destello de la insolación, insolación que reciben como el maná del desierto. Los mirones que invadieron la sala los primeros días seguramente ahora prefieren seguir las pasmosas aventuras que van concibiendo y destilando con tino y parsimonia los raptores del dignatario soviético. Terroristas, por cierto, que hacen gala de tanta pericia epistolar como talento dramático. Un «Comité Communiste International» secuestrando a un dirigente del Kremlin es un estreno que no puede dejar indiferente al gran teatro del mundo.
La torre herida por el rayo.