El escritor Ramón García Domínguez biógrafo oficial del fallecido novelista y periodista vallisoletano Miguel Delibes presentó en Madrid Miguel Delibes de cerca, una biografía revisada, "conversada" y "de primera mano" que se apoya en materiales muy diversos y que incluye "largas conversaciones" y "anécdotas" fruto de la amistad de ambos y de sus paseos por las calles de Valladolid
Se trata de una biografía revisada y actualizada de la que se publicó en 2005 bajo el título 'El quiosco de los helados', punto de encuentro entre el novelista y su biógrafo oficial y arranque de paseos y charlas de ambos por Valladolid.
"He querido aportar mi cercanía personal al conocimiento de la obra de Delibes con su extensa bibliografía, de tesis y trabajos. Ese material es el que me movió a escribirla y a incluir largas conversaciones a lo largo de tantos años. También, quiero poner de manifiesto la estrecha sintonía entre la persona y la obra de Delibes", añadió.
En este sentido, el autor recordó algunas de las anécdotas que recoge el libro como las sesiones matinales de cine que gracias al empresario cinematográfico Francisco Heras permitía a Delibes y García ver películas sin nadie más en la sala o la visita del escultor Antonio López a Delibes con la intención de tomar medidas de la cabeza del escritor para crear un busto, obra que aún no está finalizada.
"Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera, pero sin embargo sucedió así". El editor quiso comenzar con la primera frase de la novela El Camino (1950) para explicar que si no se hubieran dado determinadas circunstancias en la vida de Delibes como, pasar de caricaturista a redactor en un periódico; ganar el premio Nadal con su primera novela La sombra del ciprés es alargada (1947) o conocer a su esposa Ángeles de Castro "no tendríamos a Delibes, escritor del siglo XX".
Ramón García pretende con esta biografía despejar la "incógnita" con la que Delibes firmaba su caricaturas en sus inicios en El Norte de Castilla, cuando firmaba bajo el seudónimo de Max: M, de Miguel, A, de Ángeles, su mujer y X, como la incógnita de la vida. "Cuando Delibes ojeó la edición de la biografía que escribí hace cinco años, me dijo que había despejado esa incógnita", destacó.