MEDIO AMBIENTE

Preparan los montes para que vuelva a cantar el urogallo

  • El cambio climático o las molestias humanas han reducido su área de distribución
  • León es uno de los principales hábitats de esta especie, protegida desde 1896

EFE / León

En los últimos 25 años, el área de distribución del urogallo cantábrico se ha reducido un 65% en Castilla y León, debido a factores como la modificación del paisaje vegetal, las molestias humanas o el cambio climático.

Asturias y León son los principales hábitats del Urogallo, una especie que tiene en estas zonas sus reductos más sureños de Europa.

Especie protegida desde 1986, el urogallo necesitaba en estas zonas un plan de actuación para la conservación de su especie, y éste es el objetivo principal del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en León, que desde 2008 lleva a cabo una serie de actividades encaminadas a este fin.

Según ha explicado el ingeniero de Montes de la Junta de Castilla y León Javier Pérez Pinillas, los trabajos de censo del urogallo cantábrico se realizan sobre el número de ejemplares de machos que hay durante la época de celo.

Así, el último censo realizado en las dos poblaciones de urogallo en la Comunidad de Castilla y León refleja un alto descenso: en 1982 había 187 ejemplares machos en la montaña oriental, mientras que en el año 2005 tan sólo se censaron 13 ejemplares.

El núcleo occidental, aunque sí se ha podido ver un incremento de 15 machos en los últimos siete años, el número de ejemplares también ha descendido notablemente desde 1981.

Este descenso es lo que motivó que el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta en León y operarios de la empresa Sefocal, a quien se adjudicaron las obras, comenzaran a realizar hace un año y medio labores de mejora forestal del hábitat del urogallo en la zona de Omaña, con un presupuesto de más de 1.400.000 euros.

El ingeniero Javier Pérez ha explicado que se está realizando una restauración de la vegetación en 213 hectáreas de terrenos degradados y dentro de este plan, vigente hasta el año 2012, se incluyen tareas de reforestación de especies como pinos, abedules, serbales o robles y su posterior tratamiento silvícola en los montes que unen los pueblos de Marzán y Barrio de la Puente.

Estas tareas de repoblación se unen a la regeneración natural de las especies y, según Javier Pérez, "lo que se busca es acelerar ese proceso de regeneración favoreciendo el crecimiento de los árboles que se instalan, pero sin degradar nada el hábitat".

"Se plantan tanto especies coníferas como frondosas con el fin de que sobrevivan los máximos ejemplares posibles y a partir de ahí, se crea una fuente semillera que conllevará al posterior crecimiento de más ejemplares de manera natural" ha explicado el ingeniero.

El jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente, Mariano Torre, ha indicado que la selección de los ejemplares que se plantan sigue también un criterio histórico, ya que "tradicionalmente la zona de Omaña era una zona de pinos, lo que se intenta es repoblar esas áreas donde su crecimiento es favorable y donde ya existían hace más de 100 años".

"El objetivo nunca es único, a la vez que se mejora el hábitat para que el urogallo viva mejor y no esté desprotegido ante sus predadores, se pueden dirigir actuaciones destinadas también a la corta de madera, por ejemplo" ha asegurado Javier Pérez.

El ingeniero ha señalado que con todas estas actuaciones se consiguen beneficios tangibles e intangibles y que hay que pensar que no se trata sólo de que den un beneficio económico inmediato.

"Económicamente estas tareas no son fáciles de cuantificar, pero sí contribuyen a la conservación de especies, a la calidad paisajística, al ocio y a la fijación de CO2" tan importante en estos años de lucha por el cambio climático, ha asegurado.