Instituciones Penitenciarias ha trasladado a las autoras confesas del asesinato de Isabel Carrasco del módulo de respeto en el que estaban, a uno normal porque su comportamiento no se ajustaba a las normas de convivencia. A pesar de estar juntas, madre e hija, funcionarios de la prisión aseguran que en especial Monstserrat tiene un comportamiento extraño. Baila en medio del comedor y barre el patio de la cárcel ante la incredulidad del resto de las internas.

A punto de cumplir dos meses en la prisión de Mansilla de las Mulas, Montserrat y Triana siguen alterando la convivencia diaria en Villahierro. La madre autora de los disparos que le causaron la muerte a Isabel carrasco no ha conseguido adaptarse a su nueva vida entre rejas. Consiguió que las trasladasen al mismo módulo que su hija, incluso compartir celda y que le quitaran el protocolo antisuicidio. Pero su comportamiento es desconcertante, Montserrat ha descuidado su higiene o se pasa las horas leyendo un libro sin pasar la páginas.

Los internos de Mansilla presenciaron hace unos días como Monstserrat bailaba dando vueltas sin música en el comedor en pleno desayuno, o como cogía los elementos de limpieza y barría el patio de esquina a esquina. Una actitud muy distinta a la timidez que muestra su hija Triana o al comportamiento ejemplar de la agente de policía Raquel Gago, que sigue esperando el traslado de cárcel.

Madre e hija no se han adaptado a las exigencias de un módulo de respeto donde los internos gestionan las normas, no se han implicado en las tareas y la dirección de la prisión ha procedido a cambiarlas a una unidad de convivencia normal.