SOCIEDAD

La iglesia de Villangómez (Burgos) abre este domingo sus puertas tras cuatro meses cerrada por los datos de un fuerte temporal

El viento provocó que la espadaña se desplomara sobre el edificio y derrumbara el tejado, las bóvedas y el coro.

Ical

Tras cuatro meses celebrando la misa en un local del Ayuntamiento, los vecinos de la localidad burgalesa de Villagómez volverán a la iglesia parroquial una vez que ya se han reparado los daños sufridos hace unos meses en la parte alta del templo debido a un fuerte temporal, según confirmaron fuentes de la Diócesis de Burgos. 

Este fin de semana, la población podrá celebrar sus comuniones y la fiesta de Pentecostés y dejar atrás el susto que se llevaron los moradores de este municipio la mañana del pasado 3 de febrero, cuando un fuerte temporal arremetió con dureza contra su templo parroquial. El viento provocó que la espadaña se desplomara sobre el edificio y derrumbara el tejado, las bóvedas y el coro. 

Trascurridos apenas cuatro meses desde aquella fatídica mañana, los feligreses de la localidad volverán este fin de semana a su iglesia a celebrar la eucaristía después de las obras que han permitido reconstruir su cubierta. La rehabilitación del templo permitirá la celebración de las primeras comuniones el sábado y de Pentecostés el domingo, fiesta de la localidad.

Días después de la tragedia, el alcalde y el párroco del municipio escribieron una carta a vecinos, 'hijos de Villangómez' y amigos para colaborar en la rehabilitación del templo. Su aportación económica y de la propia parroquia, el apoyo del Arzobispado y el respaldo del seguro de la Diócesis han hecho posible que en tan solo cuatro meses se desescombrara el inmueble y se reparara su cubierta. La primera fase de las obras -con un coste de 16.000 euros- han consistido en el desescombro y consolidación de la espadaña y la segunda -con una inversión de 17.300 euros-, en la rehabilitación del tejado, con la colocación de madera nueva, tabla, ondulina y tejas.

Ahora, y a la espera de comenzar las obras de rehabilitación del coro y las bóvedas, los vecinos volverán a celebrar la eucaristía tras hacerlo en estos cuatro meses en un local cedido por el ayuntamiento, donde también se han custodiado varias piezas escultóricas para prevenirlas del polvo de los trabajos de limpieza.

Según detalla el propio párroco, Emérito Puente, ahora toca esperar la resolución del Convenio de las Goteras y confiar en que el verano y la vuelta de vecinos al municipio propicien nuevas aportaciones económicas. Tras el estío se procederá a la tercera fase de actuación que consistirá en la reconstrucción de las bóvedas pues, según Puente, 'el coro puede esperar para más adelante'. Después será el tiempo de rehabilitar además el suelo del templo, que también se ha hundido con el peso de los escombros.