Empezamos la semana con los combustibles en máximos. Siguen en precios estratosféricos en un momento en el que el barril de Brent no está en su coste más alto. Y nos preguntamos cómo se explica esta subida incesante.

Son varios los factores que explican este aumento de los precios. Entre ellos, una elevada demanda que no se cubre con la oferta actual. También la invasión de Ucrania pero, sobre todo, la revalorización del dólar frente al euro. Desde las estaciones de servicio se asegura que intentan estrechar sus márgenes de beneficio. 

El barril de Brent se paga hoy a unos 120 dólares de media, lejos de su pico máximo alcanzado en 2008 cuando se pagó a 143 dólares. Pero la gran diferencia es la depreciación que ha sufrido el euro con respecto a esta moneda. Las refinerías que transforman el crudo en combustible útil también tienen mucho que ver.

Los costes en los transportes también suben y eso encarece a su vez el precio que las estaciones de servicio pagan por el producto final. A todo esto hay que sumarle los impuestos y, por si fuera poco, las sanciones a Rusia hacen que la oferta disminuya aún más. Una tormenta perfecta.

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