A Isidoro Muriel lo que más le gusta es pasear en su tractor. No en uno cualquiera. Fíjense en su matrícula y empiecen a calcular antigüedad. Estos chismes, como él los llama, son su pasión.
Éste es su favorito pero tiene uno más antiguo: con un motor simca éste centenario hay que arrancarlo a manivela. Muriel se ha pasado días y noches enteras arreglando estas 25 joyas, con la única guía de la pericia adquirida.
Ha ido a buscarlos por toda Zamora, Valladolid y Salamanca. Él mismo los ha pintado, con esmero pero respetando sus colores originales… Para lucirlos cuando sale con ellos.
Parados, pero muy pizpiretos son los protagonistas de esta curiosa exposición, que se despide con mucho decoro, como sus tiempos: "Buenos días", pase usted.