Las escuelas actuales poco tienen que ver con las de hace una o dos generaciones. Ha cambiado la forma de enseñar, los alumnos, sus padres, los profesores y las relaciones entre todos ellos. Desde algunos sindicatos de la enseñanza señalan que esta situación ha llegado a límites en los que la autoridad del maestro se desdibuja, lo que en ocasiones genera problemas que llegan incluso al acoso al profesorado.

Los mandatos del profesor, hasta hace apenas unos años, no se cuestionaban. Esa autoridad que en ocasiones rayaba con el autoritarismo nada tiene que ver con lo que se esconde ahora tras las puertas de un aula. Desde el sindicato ANPE, denuncian, de hecho, el acoso al que en ocasiones se ven sometidos los docentes ya no por parte de alumnos, sino de padres.