La investigación de los últimos 30 años ha convertido lo que era una enfermedad mortal en una enfermedad crónica. Otra cosa es el estigma que la acompaña, que aún pervive. Pero pese a estos avances científicos, cada año se diagnostican en Castilla y León aproximadamente un centenar de casos de infecciones por VIH. El reto es reducir esa cifra y conseguir que estos nuevos positivos, que no tienen por qué desarrollar SIDA, se puedan detectar antes.

La prevención y la detección precoz con pruebas disponibles, incluso en farmacias, centran el mensaje de este uno de diciembre: reducir las infecciones por VIH estancadas desde hace una década.

El perfil de la población a la que se le detecta VIH es muy variado, desde personas jóvenes a personas más mayores; y también gente que pertenece a diferentes clases sociales. 

Un diagnóstico temprano iguala prácticamente la esperanza de vida de un paciente con VIH con quien no está infectado. Por tanto, se trata de avanzar en el diagnóstico precoz de la infección y reducir los contagios. 

Los casos no bajan porque un 20% de la población contagiada con VIH no lo sabe y sigue transmitiendo la enfermedad. Desde la unidad de Enfermedades Infecciosas alertan de la importancia de la detección precoz, no solo para aquellos que sospechan haberse contagiado, sino que el resto de la población debería hacerse un test o dos a lo largo de su vida.

 
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