Los encierros de San Fermín a penas duran unos minutos, sin embargo, prepararlos puede llevar horas. Cientos de trabajadores, entre barrenderos, policías y montadores de talanqueras, madrugan cada día para que a las ocho en punto, los mozos y los cabestros puedan realizar el recorrido hasta la plaza. Un trabajo bastante agotar y en ocasiones, poco reconocido.