Castroverde de Campos, ubicado en el noreste de la provincia de Zamora, lindando con las provincias de León y Valladolid, se encuentra dentro de la comarca de Tierra de Campos, a unos 65 kilómetros de la capital zamorana. Su bella nomenclatura, del latín ‘castrum viride’, otorgada por los viajeros de origen gallego que repoblaron el lugar, es un anticipo de los magníficos rincones que el municipio esconde.
Este bello pueblo, rodeado por amplias llanuras repletas de campos de cereal, cuenta con una población de 318 habitantes, que dedican su tiempo a la agricultura y la ganadería. Castroverde posee una amplia superficie de terreno destinada a los cultivos de secano, destacando aquellos dedicados a la cebada y el trigo. Existe un sector de la población dedicado a la ganadería, principalmente ovina, a la industria láctea y al sector servicios. Últimamente, ha habido bastante auge en cuanto al turismo del municipio, ya que posee las condiciones idóneas para la realización de actividades como el senderismo o la ornitología, esta última muy potenciada gracias a que Castroverde se encuentra en Zona ZEPA.
Castroverde de Campos posee una dilatada historia que se remonta hasta la Prehistoria. Su primer poblamiento lo corrobora el hallazgo, en sus proximidades, de útiles prehistóricos. Más tarde, diferentes culturas, como los vacceos de la cercana ciudad de Intercatia o los romanos, dejaron evidencias en el pueblo.
A lo largo de la segunda mitad del siglo XII y primeros años del XIII, el pueblo cobró una singular importancia como centro fortificado del sistema defensivo leonés en la zona de Tierra de Campos.
En mayo de 1187, Fernando II entregó a la catedral de León un solar en Castroverde para construir una iglesia y un cementerio contiguo a ella, asignándole 200 parroquianos de su realengo. Por entonces la villa contaba ya con al menos tres iglesias, aunque llegó a tener hasta cinco y un convento de franciscanos. Actualmente, solo se conservan la de Santa María del Río, que debió ser reformada en la segunda mitad del siglo XIII, momento al que corresponden su torre y portada góticas, y las ruinas de la iglesia de San Nicolás.
Esta villa fue un punto importante durante la Edad Media, ya que formaba parte de la frontera, primero contra los musulmanes y después entre los reinos de León y Castilla. No obstante, también lo fue en la Época Moderna, como lo demuestran los escudos señoriales de las fachadas de sus viviendas. Y es que no hay que olvidar que esta localidad zamorana fue la tierra natal de uno de los descubridores de América, don Diego de Ordás, hombre de confianza de Hernán Cortés, a quien acompañó en las conversaciones con Moctezuma, en la conquista de México, y primer explorador del curso del Orinoco. En su honor y en recuerdo a la conquista de América, se ha ubicado el busto de Diego de Ordás en el centro de la Plaza Mayor del pueblo.