La nueva erupción del volcán Eyjafjallajökull, situado en Islandia, obligó a evacuar urgentemente al montañero leonés Jesús Calleja, así como a sus compañeros del programa ‘Desafío Extremo’, Emilio Valdés y Ramón de Larramendi. El grupo se encontraba realizando la ruta de los volcanes, considerados los más explosivos de la isla, cuando se topó con una columna de humo de más de 20 kilómetros de altura que emergía de las profundidades.
Tal y como relata el montañero leonés la expedición de ‘Desafío extremo’, cercana ya a su principal objetivo, el Eyjafjallajökull. Borrascas, ventiscas y una escasísima visibilidad provocaron que el equipo no pudiera ver claramente el terreno por el que progresaban, y mucho menos la amenazadora nube que se alzaba sobre ellos. Esta nueva erupción, mucho más violenta que la primera, ocurrida el pasado 21 de marzo, y el peligro de que el volcán Katla despertara también, así como el altísimo riesgo tóxico del humo volcánico, hicieron "imprescindible" su evacuación en helicóptero.
El rescate se vio dificultado por un súbito cambio de viento, que arrastró la columna de humo hasta su posición. "Somos conscientes que si el viento cambia 30 grados seremos succionados por esas mortíferas nubes, el volcán esta a tan solo 18 kilómetros de nuestra posición", relató Calleja. Sin embargo, todo salió bien y los tres componentes de la expedición se encuentran a salvo –aunque incomunicados- en una población cercana.
"El país está en alerta máxima, y nosotros en mitad del ‘sarao’, sin enterarnos y sin que nadie sepa donde estamos". Ésta es una de las reflexiones que recoge el montañero en su portal, en el que explica que primero contactaron con la esposa de uno de sus compañeros, quien les comunicó la erupción del volcán. "Rápidamente, hacemos otra llamada de auxilio y se pone un operativo de emergencia en marcha para sacarnos de allí. Se dan cuenta de lo delicada de nuestra situación y envían un helicóptero a nuestro rescate. Es casi de noche y estamos siendo golpeados por una fuerte tormenta de nieve y viento y nos da la sensación de que no podrá llegar aquí el helicóptero".
El helicóptero consiguió llegar hasta las coordenadas donde se encontraba, tras hacer unas peligrosas maniobras, aunque consiguió aterrizar en mitad del glaciar. El despegue –según Calleja- fue complicado. Aseguró que el aparato se movía como una "coctelera" por la fuerza de la borrasca. "No sobreviviríamos en la posición en al que nos encontramos si el viento cambia y se mantiene la virulencia del volcán. Fue una suerte contar con la pericia de este piloto que se ‘mojó’ de lo lindo para sacarnos". Por último, concluyó su narración asegurando que fueron unos espectadores "excepcionales".