La oveja ojalada castellana está catalogada como especie en peligro de extinción. Gracias a la selección genética y a la labor que se lleva a cabo en el campo agropecuario de San Esteban de Gormaz de la Diputación Provincial se mantiene un número razonable de ejemplares a los que, por sorteo, optan los ganaderos de la zona que siguen mantiendo esta raza ovina.
La ganadería ovina no vive sus mejores momentos y sólo gracias a las ayudas europeas se mantiene la cabaña ganadera de la provincia de Soria. En los tiempos de la Mesta cientos de miles de ovejas poblaban los campos, pero las cosas han cambiado y ahora, la oveja ojalada es una especie en peligro de extinción que subsiste gracias a instalaciones dedicadas a su reproducción.
Los ejemplares no se venden a precio de mercado. La diputación ha establecido un precio público de 60 euros la oveja reproductora y 90 los machos si tienen más de ocho meses.