Viloria recibe al visitante entre muros de piedra caliza, blanca, dura, típica de la zona, similar a la famosa de las canteras del cercano pueblo de Campaspero. Este tipo de roca guía por el tiempo a quien accede a la localidad por cualquiera de sus entradas, como también lo hace el equipo de Gobierno de IU, uno de los pocos que en Castilla y León cuenta con alcalde de esta formación.
La coalición obtuvo en las anteriores elecciones casi el 60 por ciento de los votos, lo que le valió para obtener cuatro concejales, frente a tres del PP, con quien la relación es óptima. "Nos quedamos a cuatro votos de sacar el quinto edil", sostiene el todavía regidor, Pompeyo Velasco, quien fue portavoz de la formación en la Diputación de Valladolid. Ahora, ha decidido dejar la primera línea. Ocupará, precisamente, la quinta plaza en la lista de 'Viloria Toma la Palabra', que ahora liderará Fernando Antoran. "El reto será ése. Que yo esté de nuevo dentro. Significará que hemos conseguido el querido quinto concejal", asevera, frente a dos listas de PP y PSOE integradas por "cuneros" para obtener resultados en la Diputación Provincial.
Parte del equipo de Gobierno recibe durante la campaña electoral a un equipo de la agencia Ical. Amablemente, Velasco nos pide tiempo, pues esta gestionando algo "sagrado" para la localidad, un empadronamiento de un ciudadano marroquí que acude a Viloria a vivir con su familia. Esto contribuirá a incrementar ligeramente la población, situada en 363 habitantes, frente a los 404 de 1995, año en que IU se alzó con la Alcaldía. Desde aquellas elecciones, únicamente en una legislatura, entre 2003 y 2007, estuvo en la oposición.
De este modo, IU marca el ritmo desde hace tiempo en Viloria. Igual que lo hace el reloj del Ayuntamiento, que data de 1949, al que Velasco sube a dar cuerda "cada cuatro o cinco días". Al contrario que la letra de la canción de Armando Manzanero, este reloj sí marca las horas, pero a su manera. Es un ritmo que, reconoce, es verde, ecológico, con prioridades por políticas sostenibles.
Ésa es una de las diferencias de un consistorio dirigido por Izquierda Unida. No en vano, en 2009 recibió el Premio de Ecología de la Diputación Provincial por un proyecto de reforestación de parcelas municipales, con gran variedad de especies forestales y frutales, con el objetivo de recuperar estas superficies para un uso común y productivo del que se beneficia toda la comunidad de Viloria.
En estos años se han plantado 35 hectáreas de pinos, se ha actuado en el consultorio médico, el albergue, polideportivo, centro juvenil -que cuenta con dos monitores- y instalación de calefacciones de biomasa en centros públicos, "cuyo consumo se nota". Pero lo más sorprendente es que Viloria aún cuenta con una empresa de distribución de electricidad municipal. "El equipo de IU la ha salvado, frente a los que benefician a los grandes. Esta empresa redunda en el pueblo por los tributos y porque es más barato para los usuarios", manifiesta Velasco, quien señala que el Pleno del Ayuntamiento es el Consejo de Administración de esta empresa.
Taller de costura
Viloria hace tiempo que no vive de la agricultura y ganadería. Ahora, la mayor parte de la población es mayor. Pero uno de los focos más importantes de empleo siempre ha sido el taller de costura, instalado en una antigua panera que el equipo de gobierno de IU restauró cuando entró en el Consistorio en 1995. En aquel momento más de 40 personas trabajan allí. "Se amplió el local para 20 empleados más, pero de repente se cerró y la panera se quedo vacía", sostiene el regidor, quien comenta que ahora está alquilada a una firma de pintura.
Otra de las medidas que llevó adelante IU, "y que trajo dolores de cabeza", fueron las normas urbanística para utilizar piedra de la zona en las viviendas, aquellas roca caliza que recibe al visitante al entrar en Viloria. También la retirada obligatoria de los tejados de uralita. "Habiendo ya enfermos por amianto, todavía hubo gente que nos criticó que quiénes éramos nosotros para eso", recuerda resoplando este maestro de Secundaria, que destaca que los ediles no cobran del Ayuntamiento, "lo hacen por amor al arte", más cuando el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, "atornilla el presupuesto municipal".
En una tarde soleada, la iglesia de Viloria brilla en lo más alto. Un monumento restaurado también gracias al equipo de Gobierno: "Y eso que nosotros no vamos a misa", indica Velasco entre risas e irónicamente.
La política de Izquierda Unida en el municipio, a pesar de tener mayoría absoluta, cuenta con apoyos y detractores. Con un elegante bochorno, no son muchos los que salen de sus casas en Viloria. Sin embargo, la ciudadana rumana Ahisoara Paicu relata que "no hay nadie como él" porque ha respaldado al colectivo inmigrante y "por todas las cosas que ha hecho". Lleva seis años en España, de los que el último de ellos, en la localidad, y "sólo" hay "buenas palabras" para Pompeyo e Izquierda Unida.
No es de la misma opinión Jesús Sayaguero, agricultor y ganadero ya jubilado. Se dirige lentamente, con la ayuda de su bastón, a dar de comer a sus pollos y gallinas. Preguntado por la labor de IU en el Ayuntamiento, admite que no está de acuerdo con sus medidas, pero las respeta. "A ver si ahora llega otro y éste se va", espeta.
Entre las críticas que lanza sobre el equipo de Gobierno comenta que "se han puesto muchas plantas en el pueblo y eso no vale para nada". Sin embargo, sí respalda la iniciativa de "colocar piedra en las fachadas de las casas, es una buena medida", si bien aclara "que no está bien que lo obliguen" mediante las normas urbanísticas.