El derroche de energía es un hábito que preocupa en la sociedad de consumo. En verano, los comercios están llegando a expulsar una tonelada de CO2 a la atmósfera cada mes por tener las puertas abiertas. Un simple gesto puede hacer que ahorren en sus facturas y que mantenga limpio el aire de nuestras ciudades.
Poner el aire acondicionado en un comercio y dejar la puerta abierta supone un gasto energético muy elevado, tanto que cada establecimiento emite a la atmósfera más de una tonelada de dióxido de carbono al mes.
La Confederación de Consumidores y Usuarios quiere llamar la atención sobre este gesto. Los comerciantes pueden llegar a ahorrar hasta un 75% en su factura eléctrica si mantienen cerradas las puertas. Además, muchos clientes consideran que en las tiendas el aire acondicionado está demasiado alto
Evitar el derroche de energía con pequeños actos cotidianos no sólo ayuda al medio ambiente, sino también a los bolsillos