Robert Kubica, piloto de Fórmula Uno del equipo Renault, tuvo ayer un accidente muy grave en un rally disputado en la localidad italiana de Ronde di Andora. El polaco estrelló su 'Skoda' contra un muro de una iglesia pequeña y, en las primeras informaciones, incluso se llegó a temer por su vida.

Horas más tarde, y tras siete horas en el quirófano, los médicos descartaron la amputación de su brazo derecho. "Las lesiones nerviosas son las que más inquietos nos dejan acerca de una recuperación funcional", afirmaba el cirujano que llevó a cabo la operación, Igor Rosselló, quien anunció la estimación de un año para la recuperación del polaco.

Tras conocer el resultado de la intervención, los medios de comunicación interrogaron a Eric Boulier (director de la escudería Renault) sobre el contexto del accidente. "Robert es una persona que queremos muy bien, obviamente, estamos muy tristes y sorprendidos. Que sea un Lotus, un Renault o un Skoda no cambia nada. Le dejamos correr porque el rally está en su corazón y es vital para él y para su equilibrio. Aparte existe un acuerdo mutuo y él sabía los riesgos. No queríamos un robot o un piloto de la empresa" .

La duda surge en hasta qué punto está justificada una lesión de un piloto de Fórmula Uno cuando está disputando un rally. En Renault dicen que había un acuerdo mutuo y que eran conscientes de los riesgos.

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