Aranda vive su primera jornada con restricciones de movilidad

Las medidas de contención adoptadas por la Junta de Castilla y León en el municipio burgalés de Aranda de Duero, con restricción a la libre entrada y salida de personas tras la propagación del virus, ha sido acogida con resignación por los vecinos y veraneantes, quienes coinciden en que "¡se veía venir!", tanto por la proliferación de botellones como por la falta de concienciación de muchos a la hora de adoptar medidas de seguridad. Las dos semanas de confinamiento decretadas por la Administración regional rigen ya en este municipio al que, sin embargo, se han trasladado muchos vecinos de localidades próximas para realizar sus compras diarias. Entre ellas, Marimar ha acudido esta mañana a Aranda para realizar gestiones bancarias y de Correos relacionadas con su empresa, situada en una localidad próxima, y, en declaraciones a Europa Press, se ha tomado las medidas con cierta tranquilidad, dentro de ese espíritu de "intentar entre todos poner un granito de arena para salir de la situación". Algo más molesto se mostraba otro vecino por un confinamiento que se suma al padecido en los últimos cuatro meses. "¡Pues como va a caer la noticia, pues mal, y todo ello por cuatro gamberros q