Invirtieron en generación solar animados por una legislación que financiaba hasta el 80% del coste de las instalaciones y con altos rendimientos. Poco después, se produjo un cambio retroactivo que puso a muchos pequeños inversores al borde de la ruina. Es la situación que siguen padeciendo casi 6.000 instalaciones en Castilla y León, donde siguen presentando batalla.