Filtraciones de agua que inundan varias viviendas, un ascensor al que hay que cambiar el motor o una avería grave en la calefacción comunitaria son algunos de los temas que se tratan en la reunión de la comunidad de vecinos y este es el lugar donde se aprueban las medidas necesarias. La pandemia ha prohibido las juntas presenciales y, aunque el pasado verano sin estado de alarma eran posibles, las limitaciones las hicieron muchas veces inviables: "No había sitio donde se dieran las condiciones de espacio y ventilación adecuadas", explica Salvador Díez, presidente del Consejo de Administradores de Fincas. Además, los vecinos tienen miedo a reunirse, eso ha supuesto que se reduzcan y que se acumulen los problemas en las viviendas. Durante el último año se han dejado de producir más de un millón de reuniones vecinales en toda España. 

La solución ha sido realizarlas de forma telemática. Así se hacía constar en el acta ya que estas reuniones no están recogidas en la Ley de Propiedad Horizontal y si algún vecino quiere impugnarlas, podría hacerlo con un decreto puntual. De momento, el Congreso de los Diputados ya tramita que las juntas virtuales puedan ser válidas, pero por ahora no hay respuesta.