Hay trabajos donde el calor es inevitable. Hablamos de camareros, agricultores o trabajadores de la construcción. También de personal de limpieza o de mantenimiento de parques y jardines. Sus horas de trabajo se encuentran en pleno vértice de temperaturas extremas.

Las empresas están obligadas a proveer elementos que eviten los golpes de calor: ropa adecuada para evitar las quemaduras solares, cremas específicas, asegurarse de que disponen de líquidos para hidratarse y organizar turnos de trabajo que permitan pausas cada cierto tiempo. 

¿Pero cómo detectar que estamos sufriendo un golpe de calor? Un médico de trabajo nos lo explica: "Sensación de respiración dificultosa, mareo, ganas de vomitar, un rostro muy rojo, y no siempre viene acompañado de una sudoración excesiva", asegura Gerardo Jiménez.

En ese momento tenemos que refrescar nuestro cuerpo: hidratarnos, pasar hielos por la piel o beber bebidas isotónicas.

El Gobierno se pone firme con las empresas. En un envío masivo de cartas va a recordar sus obligaciones a más de 137.000 empresas. Las sanciones para quienes las incumplan oscilan los 2. 046 y los 819.780 euros. En España hubo en 2019 247 accidentes de trabajo relacionados con las temperaturas extremas.