MEDIO AMBIENTE

Castilla y León registra 2.056 episodios de envenenamiento en fauna silvestre desde 1992, con la muerte de casi 4.800 animales

SEO/BirdLife emprenderá acciones legales en el caso de envenenamiento en Wamba (Valladolid), el más grave en los últimos años en la Comunidad, con 29 milanos negros, dos reales y un busardo muertos en una semana

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Castilla y León registró 2.056 episodios de envenenamiento en fauna silvestre desde 1992 a 2017, uno de cada cinco de todos los contabilizados en España, con la muerte de 4.749 animales, con una ratio de 2,31 animales por episodio. Sólo Andalucía sumó más casos que la Castilla y León, con 2.484, pero con menos fallecimientos, 3.797. En el conjunto del país la cifra de casos alcanzó los 9.700, con la desaparición de 21.260 animales silvestres, principalmente lobos y aves rapaces.

El informe 'El veneno en España', elaborado por WWF, MAVA, Bird Life y SEO BirdLife, evidencia que las comunidades con más casos de envenenamiento son las de mayor extensión territorial. Así, figuran, además de Andalucía y Castilla y León, también Castilla-La Mancha, Cataluña, Aragón y Extremadura. Sin embargo, al comparar el número de episodios con la superficie de cada territorio en kilómetros cuadrados, los resultados son algo diferentes y pasan a los dos primeros lugares dos comunidades pequeñas, como son Baleares y el País Vasco.

En la Comunidad se atajaron 411 cebos preparados de envenenamiento, que sirvieron para acabar con la cifra de los casi 4.800 animales, mientras que en Andalucía fueron necesarios 2.680 trampas.

Los datos se conocen días después de que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente haya detectado y denunciado en la localidad de Wamba (Valladolid) el episodio más grave en los últimos años en la Comunidad, con 29 milanos negros, dos reales y un busardo ratonero muertos en una sola semana, especies que se encuentran en situación de amenaza, concretamente el milano real en la categoría de 'En peligro de extinción' del Catálogo Español de Especies Amenazadas y el milano negro y el busardo ratonero, en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Por ellos,  SEO/BirdLife emprenderá acciones legales y se personará en el caso de envenenamiento, que ya investigan el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil y la Junta de Castilla y León. 

El nuevo caso de envenenamiento es "otra agresión más a la biodiversidad de la región", según SEO/BirdLife, que indica que las muestras obtenidas de la necropsia de dichos ejemplares han confirmado la muerte por 'intoxicación sobreaguda'.

Los casos de envenenamiento varían bastante en función de las provincias. Así, precisamente Valladolid albergó 588, casi un tercio del total. Otras provincias con importante peso en este tipo de episodios fueron Burgos, con 470, y Segovia, 408.

Así, entre 1992 y 2017 se produjeron 37 envenenamientos de águila imperial ibérica en Castilla y León: 19 en Ávila, 16 en Segovia, dos en Valladolid; 137 de buitre negro: 60 en Ávila, 52 en Segovia, 15 en Salamanca, cuatro en Valladolid, dos en Burgos y uno en León, Palencia, Soria y Zamora; 93 de alimoche, con dos en Ávila, 22 en Burgos, seis en León, diez en Palencia, siete en Salamanca, 19 en Segovia, 16 en Soria, dos en Valladolid y nueve en Zamora; y 809 de milano real, con 72 en Ávila, 112 en Burgos, 12 en León, 54 en Palencia, 97 en Salamanca, 113 en Segovia, 22 en Soria, 227 en Valladolid y un centenar en Zamora.

Además, en cuanto a mamíferos, fallecieron envenenados, según el informe, 65 lobos, de los 133 de España. De ellos, uno en Ávila, nueve en Burgos, 17 en León, nueve en Palencia, uno en Salamanca, tres en Segovia, uno en Soria, 16 en Valladolid y ocho en Zamora. El otro afectado fue el oso pardo, con 17 envenenamientos en el núcleo oriental y 24 en el occidental de la Cordillera Cantábrico. De ellos, 15 habían sido envenenados, cuatro cazados con lazos, 12 por disparos, dos por atropellos y ocho por causas desconocidas.

Evaluación
El informe plantea también una evaluación sobre la gestión de las comunidades autónomas en la lucha contra el envenenamiento de animales silvestres, en función de diferentes criterios como planes regionales, disponibilidad de recursos humanos y materiales, vigilancia y prevención, transparencia o sensibilización de grupos de riesgo, entre otros.

Con este escenario, Andalucía es claramente la que presenta mejores cifras. Del resto de comunidades ninguna llega todavía al aprobado, si bien hay seis que se acercan, siendo más “preocupante” que otras diez están en el grupo de mayores carencias. El caso de Castilla y León es “especial”, según el calificativo usado en el propio informe, ya que si bien destacó en algunos aspectos positivos, sin embargo quedó en último lugar al haberse tenido en cuenta, como factor corrector, que la Consejería de Agricultura “realizara tres campañas extensivas de envenenamiento con rodenticidas en 2012, 2014 y 2016, tres años incluidos en el periodo de estudio”, frente a plagas de topillo campesino.