Los colegios e institutos de la Castilla y León llevan tres semanas cerrados por las vacaciones de Navidad. Este fin de semana encenderán la calefacción para intentar subir las temperaturas de las aulas antes de que los alumnos vuelvan a clase el lunes. Lo harán con temperaturas bajo cero en el exterior, unas condiciones que hacen difícil mantener una temperatura agradable en clase si hay que abrir las ventanas abiertas para evitar los contagios por aerosoles.

En un espacio cerrado como un aula lo recomendable es comprobar pasados 30 minutos cuánta concentración de CO2 hay en el aire. Hasta 700 ppm (parts per million) sería adecuada, pero a partir de 800 ppm hay que ventilar. Estas comprobaciones permitirían ventilar solo cuando fuera necesario y no perder el calor, por eso hay centros que se han anticipado comprando medidores antes de que llegue el frío.

La Junta anunciaba este jueves que va a comprar medidores de CO2 tal y como han hecho otras comunidades. Una medida solicitada desde hace dos meses por las familias y los profesores. La presidenta del Sector Autonómico de Educación de CSIF Castilla y León, Isabel Madruga, dice que "no se puede pretender que el 11 de enero se inicien las clases con puertas y ventanas abiertas y solo con medidores de CO2 que no habrán llegado cuando comience el segundo trimestre". Considera que "es una medida positiva pero insuficiente, que tiene que ir acompañada por unidades de purificación de aire".

El Centro Tecnológico CARTIF ya ha enseñado a utilizar estos medidores en dos centros de Valladolid y Benavente.