MEDIO AMBIENTE

Los ayuntamientos españoles deberán tener antes de 2023 un censo de edificios con amianto y un plan para eliminarlo

Los residuos textiles tendrán que ser recogidos de manera separada a partir de 2024

Europa Press

Los ayuntamientos españoles deberán disponer antes de 2023 de un censo de edificios e infraestructuras que contenga amianto así como un plan para su eliminación, segun consta en el proyecto de ley de residuos y suelos contaminados que el Consejo de Ministros aprobará "en breve", según confirmó esta semana la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera. Se trata de la primera vez que una norma obligará a los municipios a censar todas las instalaciones que contengan esta sustancia cancerígena.

El texto también establece que la ropa del armario que se quiera desechar como un residuo tendrá su propio sistema de recogida separada en España antes del 31 de diciembre de 2024.

Según la última versión del texto --de finales de abril--, los consistorios deberán establecer sistemas de recogida separada de los residuos municipales entre los que se incluyen los de origen doméstico (envases, papel, cartón, vidrio, metales y plásticos) --es decir los de los contenedores azul, amarillo y verde-- los biorresiduos, la madera, los textiles, los residuos de aparatos eléctricos y electrónico, las pilas, los acumuladores y los residuos de gran volumen como los colchones y muebles, así como el aceite de cocina usado.

En concreto, los residuos textiles que representan el 4,62% de los 23 millones de toneladas de los residuos urbanos, según datos del Gobierno, deberán contar antes del 31 de diciembre de 2024 con un sistema de recogida separada.

De este modo, como tope en la Nochevieja de dentro de cuatro años también será obligatorio para los municipios disponer de una recogida separada de aceite de cocina usado, tanto para los hogares como para el de la hostelería y también para los residuos voluminosos, como por ejemplo los muebles o enseres, así como los residuos domésticos peligrosos.

Pero antes de ese hito, este mismo año, el 31 de diciembre de 2021 los Ayuntamientos también deberán contar con una recogida separada de los biorresiduos (basura orgánica) domésticos en el caso de poblaciones de más de 5.000 habitantes y dos años después, en 2023 en el resto de municipios.

RESTRICCIONES AL PLÁSTICO

La futura ley introduce restricciones como la prohibición de ciertos productos, como los plásticos de un solo uso, pero también con desincentivos fiscales en forma de nuevos impuestos verdes.

En ese sentido, para reducir el impacto de los plásticos en el medio ambiente, los envases de este material deberán pesar la mitad en 2026 que en 2022 e incluso un 70 por ciento menos en 2030.

Al mismo tiempo, de acuerdo con la normativa comunitaria, contempla recoge que a partir del 1 de enero de 2023 los consumidores tendrán que pagar por cada vaso de bebida, su tapa, los recipientes para alimentos para llevar y mucho antes, este mismo verano, a partir del 3 de julio quedará "prohibida" la venta de cualquier producto fabricado con plástico oxodegradable, con microesferas de menos de 5 milímetros, bastoncillos de algodón, cubiertos de plástico, platos, pajitas, palitos agitadores de bebidas, el palo de los globos, los recipientes de poliestireno expandido y los vasos de ese mismo material.