El Camino de Santiago es un crisol de culturas y de motivos para emprender un recorrido histórico. El coronavirus ha traído numerosas limitaciones y también ha condicionado los motivos para realizarlo. El aspecto religioso o espiritual sigue siendo el más habitual. Los caminantes tienen presente todo lo ocurrido durante este año "ha sido un año muy complicado y conviene venir a relajarse", nos cuenta un médico en una residencia de personas mayores. Otros buscan limpiar su cuerpo y desconectar.

Algunos viajan con la tienda de campaña encima para poder parar en cualquier de los espectaculares lugares del camino. La crisis sanitaria no impide la convivencia entre ellos y que, para la mayoría, se conviertan en una experiencia vital e inolvidable. Muchos repetirán y, seguramente, nunca olviden el camino recorrido en el año de la pandemia.