CULTURA

Investigadores de la UVa encuentran indicios de un festín en el que pudo consumirse carne humana en los restos del dolmen del Pendón en Reinoso de Bureba, Burgos

El monumento neolítico burgalés esconde historias sobre la vida y la muerte hace 5.000 años, que ahora investigan arqueólogos de la Universidad de Valladolid

Castilla y León Televisión

Hace 5.000 años una sociedad de agricultores y ganaderos del norte de Burgos derrumbaron el dolmen que usaban como lugar de culto para partir de la zona y volver solo en ocasiones especiales. "Se transforma la funcionalidad del monumento. Deja de ser una tumba para pasar a ser un monumento conmemorativo", explica el catedrático de Prehistoria de la UVa, Manuel Rojo. Quitaron las piedras de la estructura y como despedida organizaron una gran hoguera y un banquete. En ese banquete "Se consumen partes de una vaca, partes de un cerdo adulto y probablemente se realicen rituales con restos humanos" afirma Manuel Rojo.

Lo normal sería encontrar restos solo de hombres, pero en este dolmen los investigadores han encontrado también a mujeres y a niños. Estos últimos se utilizaban para rituales, según lo encontrado. "Tenemos evidencias de numerosos individuos infantiles, en torno a un 30% y, además, muchos de ellos aparecen localizados en la pira funeraria", afirma la Investigadora de la UVa, Sonia Díaz.

La vida de esta población era muy dura, como se puede ver en los huesos con artrosis, pero también hubo violencia. "Tenemos constatado episodios de violencia, como por ejemplo, varios traumatismos incisopunzantes, provocados por disparos por punta de flecha y también traumatismos contusos, que en este caso, son provocados por armas contundentes" indica Sonia Díaz..

Estos pobladores abandonaron este mundo. Ahora el trabajo de investigación nos permite conocer su vida y muerte.