El pequeño comercio abre puntualmente sus puertas con mucha incertidumbre en el semblante. Conocemos el caso de Juan Luis Camblor. Regenta una tienda familiar de ropa de hombre. Tuvo que llevar al ERTE a su único empleado. Ahora le ha vuelto a rescatar.

Las pymes de estas grandes superficies consideran que han sido tratadas injustamente. Mientras otros pequeños negocios de la ciudad permanecían abiertos ellos han tenido que echar el cierre durante 21 días.

Dicen que a pesar de esta situación tan difícil emprenden este camino con ilusión como si les hubiera tocado la Lotería por poder volver a abrir sus comercios. Estan dispuestos a ofrecer su mejor servicio.