Las elecciones gallegas y vascas llegan a su fin. Este domingo cuatro millones de electores podrán votar en Galicia y País Vasco pero será una cita electoral, sin duda, distinta y marcada por fuertes medidas de seguridad y vigilancia. Los preparativos también lo son. Lo primero han aumentado el número de colegios electorales para evitar las aglomeraciones. En todas las mesas disponen de geles hidroalcohólicos, también a la entrada y la salida, y por supuesto, la mascarilla será elemento obligatorio para votar y sólo se podrá retirar para comprobar la identidad del votante. El DNI se enseñará pero no lo podrá coger nadie de la mesa.

La distancia social será muy estricta entre los votantes, a los que se pide estar en el colegio electoral el tiempo imprescindible y, si es posible, que salgan de casa con la papeleta. No podrán votar ni quienes hayan dado positivo por covid-19 ni las personas que, sin prueba, tengan síntomas evidentes de padecerlo. Sus contactos cercanos, si no están enfermos, sí podrán depositar su voto pero extremando la precaución. En Ordizia, municipio vasco afectado por los rebrotes, incluso han instalado mesas electorales al aire libre. Mientras, en Galicia, en las zonas de la comarca de A Mariña que siguen confinadas este domingo se permitirá la movilidad pero sólo para acudir a votar.