Gemma del Caño, farmacéutica especialista en seguridad alimentaria, nos enseña la diferencia entre los probióticos y los prebióticos. El ser humano tiene muchísimos microorganismos con los que convive permanentemente, explica la colaboradora de Vamos a ver. "En el colon tenemos más de 1.000 especies y tenemos que darles de comer a todas, se llaman microbiota y son fundamentales para el sistema inmunitario, por ejemplo".

A la microbiota le gusta la fibra, es decir, los hidratos de carbono complejos, que se pueden encontrar en las legumbres, los cereales integrales, la fruta o la verdura. Todos ellos son alimentos prebióticos, gracias a los cuales las bacterias de la microbiota se reproducen más y "no dejan hueco a los patógenos". Además, dice Gemma, mejoran nuestra digestión, porque producen una pequeña cantidad de vitaminas como la vitamina D, la B o la K.

Los probióticos "son directamente los microorganismos" y funcionan muy bien como tratamientos para mejorar, reemplazar o ampliar el número de microorganismos que tenemos, explica la experta. "En los alimentos no tienen una función definida, pero sí existen, por ejemplo el yogur".