Este miércoles, 23 de septiembre, estaba previsto sentar en el banquillo de los acusados a José María Arribas, expresidente de Caja de Burgos, por administración desleal. Además de él, varios expresidentes de las ya desaparecidas cajas de ahorros de Castilla y León han estado o están inmersos en algún proceso judicial.

En 2018, el entoces presidente de Caja Segovia, Atilano Soto, decía no tener nada que ocultar. Meses después se sentaba en el banquillo junto a cinco exdirectivos de la entidad acusados de repartirse ilícitamente en prejubilaciones 17 millones de euros. Tras varias sesiones de juicio, la Audiencia Provincial de Segovia absolvía a todos ellos al considerar que las cosas se hicieron de forma legal.

Santos Llamas, expresidente de Caja España, respondía en las Cortes no haber tenido "trato de privilegio" a quienes le acusaban de haber aprovechado su cargo para que el consejo de la entidad aprobara para sus empresas cerca de 70 millones de euros en créditos. A los miembros se les denunció por un posible delito de administración desleal que, más tarde, la justicia consideró prescrito. Hubo un recurso pero el Supremo lo archivó.

Otro de los casos es el de Agustín González, que prefirió no responder sobre su andadura como presidente de Caja de Ávila. Su integración en Bankia le incluye en la larga lista de imputados por presuntas irregularidades en la salida a bolsa de esta entidad. La sentencia de ese juicio se espera de forma inminente.